El gran director que empezó siendo actor

I.G.Villota
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Benito Zambrano reunió ayer a 250 jóvenes en los 'Encuentros de cine' del Cibra donde subrayó la importancia del casting. Desgranó detalles de la selección para 'La voz dormida' para la que vio a 400 actrices hasta dar con María León

Era actor de teatro hasta toparse con el cine. «Un mal actor», asegura. Después viajó a Cuba, se formó en la Escuela Internacional de Cine y Televisión y con 33 años regresó a España a vivir en casa de sus padres. Con este arranque de guión nadie podría imaginar que Benito Zambrano, de Lebrija, Sevilla, acabaría siendo uno de los mejores del cine español. Guionista y gran director de actores, pasión de la que se siente orgulloso, alardea de que los ‘suyos’ han recibido premios importantes, por ejemplo Ana Fernández, mejor actriz por ‘Solas’, la primera cinta del sevillano.

Ayer se pasó por el Cibra, el festival del cine y la palabra de Toledo, para protagonizar el primero de sus ‘Encuentros de cine’ en el Teatro de Rojas. Clases magistrales con alumnos de imagen y sonido o similares disciplinas de institutos toledanos. Un total de 250 del Greco, el Alfonso X y el Princesa de Galiana, que además de escuchar la exposición del director también plantearon sus preguntas. «¿Qué tenemos que hacer para ir a un casting?», «¿Cómo haces una primera selección para el elenco de tus películas?», preguntaron.

Zambrano subrayó la importancia del casting. «Lo primero es el guión, tener una buena historia, porque este es el traje que tendrán los actores y no sienta igual uno a medida que uno low cost», dijo, «pero son los personajes los que cuentan las historias, los que transmiten la emoción». «Si los actores están mal, aunque cuente con todo el dinero del mundo siempre será una película pobre, pero si los actores y la película te atrapan no se nota tanto que la factura es menor», apreció.

Mucho antes de rodar. En este sentido, indicó que el trabajo actoral arranca cuando reciben la separata del guión, el pequeño extracto del texto completo que tendrá que interpretar en la prueba. «Es fundamental dirigir el proceso, yo suelo tardar meses en elegir al elenco. Me gusta hacer muchas pruebas y poner a los actores en diferentes puntos para conocer todos sus matices y si ellos entran en los del personaje. Trabajo casi como si estuviésemos rodando porque trabajar bien y preparar algo es tan importante como ejecutarlo», explicó.

«El casting no es un examen, es una manera de elegir a las personas adecuadas para el personaje, no hay buenos ni malos actores», dijo. Para evidenciarlo puso como ejemplo el caso de Arnold Schwarzenegger, un mal actor perfecto para hacer Terminator. «No lo podría haber hecho otro mejor». «Y es que si te equivocas en los actores la cagas y tal y como está el cine ahora tienes que hacer películas muy buenas porque hay mucha competencia y si no es la ruina», añadió.

Expuso a los estudiantes su experiencia en ‘La voz dormida’ basada en la novela homónima de Dulce Chacón y rodada en 2011 principalmente en la antigua cárcel de Huelva. Grosso modo, la historia narra la represión franquista durante la posguerra española a través de la vida de Pepita (María León), una andaluza que se instala en Madrid donde está encarcelada su hermana, Hortensia (Inma Cuesta), que está embarazada y dará a luz en la cárcel. Pepita se enamora de un guerrillero (Paulino -Marc Clotet-) y trata por todos los medios de hacerse cargo de la hija de su hermana condenada a muerte.

El camino hasta María. El director explicó que no le resultó sencillo dar con Pepita. Sabía que quería una chica andaluza, joven, con ojos vivarachos, desparpajo y vitalidad como la Marisol de ‘Tómbola’ pero también con la fuerza interpretativa y la potencia de Victoria Abril en ‘Amantes’. Vio a más de 400 chicas hasta que dio con María León, quien recibió la Concha de Plata y al Goya como actriz revelación por el papel de Pepita. En el casting final estuvieron otras actrices reconocidas del panorama actual como Macarena García, Patricia Montero o Michelle Jenner. Fue la autenticidad de María y el hecho de que fuese andaluza lo que hiciese que Benito se decantase por ella. «Era lo más próximo al personaje que yo había escrito, pero quizá no hubiese sido adecuada para interpretar a una mujer de la burguesía», describió.

Más sencillo fue elegir quién se metería en la piel de Hortensia. «Vi a Inma Cuesta y pensé que era ella». Después tocó seleccionar a Paulino, el amor de Pepita, y a la fase final llegó con actores como Roger Coma, Raúl Prieto o Cristóbal Suárez. El gato al agua se lo llevó Marc Clotet. «Sin decorados y con la luz de un fotomatón, un actor con emoción, emociona», explicó el cineasta mientras mostraba a los alumnos el casting de Clotet, al que se presentó con ropa de época, con una gorra y un chaleco de los que se usaban en España en 1940, cuando está ambientada la cinta. «Cuando los actores reciben el extracto del guión, este es un truco, irte preparado y pensar en lo que puede querer el director de ti. En este caso yo buscaba un héroe, pero un héroe intelectual, un valenciano, por lo que era importante el acento... No buscaba un macho man», apuntó.

Después tocó probar la química entre María y Marc y la cosa salió bien. Tanto que ‘La voz dormida’ tuvo nueve nominaciones en la XXVI edición de los Premios Goya, llevándose dos, uno de ellos para María León como mejor actriz revelación y otro a Ana Wagener como mejor actriz de reparto. La cinta también resultó preseleccionada por la Academia de Cine de España junto a La piel que habito y Pa negre para competir por el Oscar a mejor película de habla no inglesa por España.