Muere corneado en el cuello cuando grababa un encierro con el móvil

J. M. / Toledo
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El joven se separó de la zona de protección para captar unas imágenes y fue cogido por un ejemplar de El Ventorrillo. Murió cinco horas después en el Hospital Virgen de la Salud

Una imprudencia segó ayer la vida de David González, un vecino de Villasequilla de 32 años que recorrió los apenas 15 kilómetros de distancia hasta Villaseca de la Sagra para disfrutar junto con sus amigos del espectáculo de recortes y el encierro anunciado para la noche del sábado. Hacia la 1,30 horas, la víctima abandonó la zona de protección del vallado y se metió apenas un metro en la calle para registrar en su teléfono móvil la caída de uno de los tres toros de El Ventorrillo a bastantes metros de distancia. Sin embargo, no se percató de que a su lado avanzaba otro toro que lo corneó en el cuello y en el muslo. El astado se cebó con el joven durante unos segundos que acabaron, a la postre, con su vida. Se trata de la segunda víctima mortal en cinco años en este tipo de festejos en el municipio.

Así lo relató a este diario el alcalde de Villaseca de la Sagra, Jesús Hijosa. Ni la rápida intervención médica ni el traslado al Hospital Virgen de la Salud de Toledo lograron corregir el gravísimo pronóstico de la herida en el cuello. Unas cinco horas después de la cogida, David moría.

Hacia la 1,30 horas, tres ejemplares de El Ventorrillo que habían protagonizado antes un concurso de recortes en la plaza de toros de Villaseca de la Sagra por la Semana Cultural corrían por las calles en la suelta de las reses. A unos 100 metros de la salida de los astados, los testigos, entre ellos el propio alcalde de esta localidad, vieron la gravedad de una cogida que dio con el joven varias veces en el suelo. «Hay un peligro importante en un mínimo descuido. Hay que estar muy atento», reflexiona el regidor ante los testimonios que aseguran que el joven grababa o tomaba una fotografía del encierro con su teléfono móvil.

Uno de los toros se golpeó con otro y acabó en el suelo. La víctima pretendía registrar el hecho y se separó del vallado apenas un metro. En ese momento, otro toro que seguía el curso hacia la plaza acabó con su vida.

A lo largo de cinco horas, se intentó salvar la vida de David. Los médicos de la plaza lograron estabilizar al paciente y lo derivaron hacia el Hospital Virgen de la Salud de Toledo. Sin embargo, hacia las 6,30 horas, se certificaba el fallecimiento.

Durante este tiempo, los participantes del encierro y los espectadores estuvieron atentos a la evolución del herido. Por megafonía, se anunciaba ya la gravedad de la cornada porque se suspendió inmediatamente el encierro.

segunda víctima en 5 años. Todos recordaron probablemente las fiestas de la Virgen de las Angustias de 2010. El 6 de septiembre de ese año, Jesús Ángel Íñiguez, vecino de Mocejón de 42 años, falleció por otra cornada mortal. El cuerno entró por la zona lumbar en dirección ascendente que llegó casi al pulmón y atravesó la masa muscular del abdomen.

La localidad sagreña, conocida como la ‘Pamplona toledana’, por la afición a los toros y la calidad de los festejos, estaba ayer de nuevo de luto.