Casbega dice que la inversión está en 'stand by' por la crisis y no por su fusión

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La compañía sostiene que la urbanización del suelo industrial y la construcción de la embotelladora de bebidas no carbonatadas de Coca-Cola se han ralentizado porque les conviene tanto a ellos como a la administración regional

Casbega dice que la inversión está en ‘stand by’ por la crisis y no por su fusión

El proyecto de Castellana de Bebidas Gaseosas (Casbega) para instalar en Toledo una planta embotelladora de zumos y aguas funcionales de marcas propiedad de Coca-Cola y un centro logístico se encuentra en ‘stand by’ debido a la crisis económica y a la caída de la demanda de este tipo de bebidas refrescantes y no al proceso de integración de las siete embotelladores que se reparten, en la actualidad, el mercado español de Coca-Cola.

«No tenemos urgencia en construir la planta de Toledo porque la demanda de negocio ha caído como consecuencia de la crisis. El proceso de fusión es una variable más que está ahí», explicaron ayer a La Tribuna fuentes de la compañía radicada en la localidad madrileña de Fuenlabrada.

El pronunciamiento de Casbega se produce después de que la consejera de Fomento de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Marta García de la Calzada, afirmase en una entrevista a Europa Press que el proceso de integración empresarial de los embotelladores de Coca-Cola podría provocar un retraso en un proyecto, que supondría para Toledo una inversión superior a los cien millones de euros.

Desde Casbega se sostiene que tanto la urbanización del nuevo suelo industrial como la ejecución de la nueva embotelladora se encuentran en ‘stand by’ puesto que tanto a la compañía como a la propia administración regional les interesa el nuevo horizonte temporal.

Las razones son simples. La situación económica hace que Casbega no tenga urgencia en desarrollar la nueva factoría que vendría a descongestionar la que tiene en Fuenlabrada, ya que ni el volumen de ventas ni las circunstancias que rodean al mercado financiero lo aconsejan. En esta misma tesitura se encuentra la Junta de Comunidades. Al margen del futuro próximo que el espera a la Empresa Regional del Suelo (ERES), -sociedad encargada de vender las nuevas parcelas industriales y de licitar las obras de urbanización de los terrenos- que será fusionada por el Gobierno regional junto con Gicaman, la Sociedad de Carreteras y la Agencia de la Energía, está el hecho de que de las 23 parcelas contempladas en el proyecto de urbanización, tan sólo se ha vendido la de Casbega. Aunque se trata de la más grande y de la más cara -11,96 millones de euros sin tener en cuenta el IVA-, la cantidad no cubre ni la mitad de los costes de urbanización, que según el precio de licitación del concurso para la adjudicación de los trabajos ascendería -si las empresas que opten al contrato no lo mejoran a la baja- a   28,85 millones de euros.

«Lo importante en las circunstancias actuales es que se siga manteniendo el alineamiento que ha habido hasta ahora entre Casbega, la Junta de Comunidades y el Ayuntamiento de Toledo», argumentan las fuentes de la compañía consultadas por La Tribuna, que sostienen que no se ha producido ningún cambio significativo  que pueda afectar al proyecto.

En este sentido, recuerdan que las obras de urbanización de los terrenos y de edificación de la planta pueden acompasarse en el tiempo y explican que el proyecto de fusión de las siete empresas embotelladoras no tiene por qué perjudicar al proyecto, sino que lo beneficiaría dada la situación estratégica de la ciudad para abastecer a todo el mercado español y portugués.