«La obra del Greco es danza, es arte en movimiento»

J. Guayerbas
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Liuba Cid afronta un nuevo proyecto de creación y dirección de escena tras profundizar en la plástica y en la pintura aplicada a las artes escénicas. Ha dirigido más de 50 montajes teatrales y colabora con la UNESCO.

Liuba Cid, directora de 'Somnus Greco'. - Foto: Víctor Ballesteros

Riqueza plástica y visual. Teatro y danza. Proyecciones audiovisuales en tres dimensiones y música en directo diferente en cada representación y abierta a la improvisación. Así se ha presentado en el Teatro de Rojas la producción ‘Somnus Greco’, un proyecto que Liuba Cid soñó hace meses y que el viernes vió la luz con el apoyo de la Fundación Greco 2014 y del Patronato del Teatro de Rojas. Liuba se ha sumergido en la obra del cretense para recuperar cada pincelada y llevar a escena el dramatismo, el movimiento y el color del griego, incomprendido, y pionero en los ‘ismos’ previos a las vanguardias. Después de varios meses de trabajo y con la posibilidad de llevar la producción a los Teatros del Canal de Madrid, además de la gira por otros escenarios nacionales e internacionales, ‘Somnus Greco’ o ‘El sueño del Greco’ es ya una realidad.

¿Cómo nace ‘El sueño del Greco?

De siempre me ha resultado  interesante el mundo de la plástica y de la pintura en escena, de hecho, prácticamente en todos mis espectáculos la pintura tiene una gran importancia en los telones y en todas las perspectivas de la escenografía. A esto añado mi dedicación al estudio de los clásicos y cómo versionarlos en escena. A partir de aquí la figura del Greco, todo lo que es el universo pictórico del Greco, apareció como un gran manantial de ideas y sugerencias. Con todo esto el planteamiento fue cómo convertirlo en material escénico, cómo transformarlo en una fábula, en un relato escénico en el que acercarnos a la obra del Greco y tratar de olfatear, sentir, tocar, estar con los cinco sentidos, disfrutar y degustar toda esta gran obra.

Por lo que explica entiende el arte para espectadores activos y partícipes de la obra.

Así es. Es fundamental degustarlo, nunca concebir el arte como espectadores distantes, sino activos. Tocar, olfatear, escuchar... en esos sentidos nace la idea de hacer un espectáculo interdisciplinar donde todos estos elementos que comento estén vivos. La música en el canal auditivo, el canal visual con el 3D y el vídeo arte, y en el canal dramatúrgico tenemos la palabra. La danza y el canal visual, el olfativo lo dejamos  también para esas sugerencias que todo este conjunto desprenden, siempre un olor con una característica muy peculiar. Una de las cosas que nos pareció importante era llevar al espectador a ese Toledo de 1600, con ese misterio, esa muralla, ese crisol de culturas en las que el Greco encontró la inspiración para hacer sus obras.

Como directora y responsable de la idea original, ¿cómo ha planteado esa ruptura de la cuarta pared, del público y la escena?

El planteamiento fue encontrar un hilo conductor, que es el Greco como personaje, ese personaje rompe la cuarta pared con diálogos dirigidos al público, es un espectáculo hacia el espectador como partícipe e interlocutor, como una conversación íntima con el espectador, algo muy fácil de hacer en este Teatro de Rojas por la forma y la planta escénica tan estupenda y barroca que permite esa intimidad y ese nivel de complicidad con el espectador.

¿Considera que hay teatralidad en la obra del Greco?

El Greco es teatro puro, es drama puro, estamos hablando de una época en la que el hombre se convierte en el centro del Universo y empieza a plantearse una serie de preguntas que encuentran su sentido en la reflexión, en la interiorización... todo el Greco es teatro y arte puro. Es teatro no sólo desde el punto de vista del drama, sino teatro como arte total, como una forma de englobar todos los elementos del arte: música, danza, estética, pintura, filosofía, ética...

Elementos que ha captado y que están presentes en ‘Somnus Greco’, y en especial, la danza.

Toda la pintura del Greco es arte en movimiento, todos los personajes del Greco, independientemente del relato del cuadro, sea un tema religioso o no, en todo momento lo que está ocurriendo en su obra es danza, hay danza dentro de estos cuadros. Está el color en movimiento, están los cuerpos en movimiento, hay una expresión dramática pura, intrínseca, intensa, apasionada, todo lo que se está pintando genera un movimiento hacia la escena, de ahí que haya querido transmitir esa riqueza de movimiento para llevarla a la puesta en escena a través de la danza, de las coreografías.

Se imagina al Greco como director teatral, como dramaturgo.

Sí, el Greco era un gran hombre ilustrado del Renacimiento. Sabio y conocedor de muchas técnicas, no sólo de pintura, también de arquitectura, de perspectiva, estudió con grandes maestros, en Roma, y también traía el gran aprendizaje de la pintura bizantina. El Greco sabía trabajar perfectamente en dos dimensiones, hasta que descubre la perspectiva y empezó a profundizar en sus cuadros. El Greco tiene esa gran expresión dramática debido a la armonía entre el plano en dos y tres dimensiones que es lo que yo intento llevar a la escena.

Después de estos meses de trabajo, de proceso creativo y de estudiar la obra y la personalidad del Greco. ¿Con qué se queda como artista, como creadora?

Con su incomprensión. Fue un genio incomprendido, un gran revolucionario para la época que le tocó vivir, todas esas modificaciones que lleva a cabo y la gran impronta creativa que reflejó en sus obras es algo que no fue comprendido en su época y que está presente en el ideal de las vanguardias, toda su belleza está en la pintura del expresionismo, en la obra del cubismo, el surrealismo, en todas las vanguardias.

Para el espectador que ocupe una butaca y se disponga a ver la obra, ¿cuál es el consejo para adentrarse en ese Universo Greco?

Lo más importante es que es un espectáculo corto, como un fogonazo visual, hay que dejarse arrastrar, dejarse llevar por ese Universo Greco, cerrar los ojos por un momento y olvidarse de la crisis y de todas las preocupaciones del día a día y sumergirnos en el color y en el movimiento del Greco, en el sueño, su sueño.

¿Ha sido complicado plasmar ese movimiento y el color en un espacio limitado como es un escenario?

Por supuesto, un escenario te acota, tiene unas dimensiones y una forma. Lo que hemos intentado es traducir el Greco en el vestuario, en las coreografías, plasmar su impronta en la iluminación, tratar de que todo ese movimiento esté, y que el espectador pueda disfrutar de nuestra visión del sueño del Greco.

Estreno nacional en Toledo, ¿cuál es el futuro de ‘El sueño del Greco’?

Intentaremos trasladar esta expresión dramática a todas partes. Ahora mismo hay una gira nacional que empieza a fraguarse a partir de este estreno y que esperemos que vaya por todos los escenarios de España y si es posible llevarlo más allá de nuestras fronteras. Se ha hecho poco desde el punto de vista del teatro y la danza sobre el Greco, no es un personaje que se haya abordado con toda la riqueza visual que tiene y no ha sido tratado por las artes escénicas. Este es el momento ideal para plantearnos profundizar en su obra y en su genialidad.