«El respeto hacia los monumentos debe empezar por su conocimiento»

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Los alumnos de Arquitectura están a punto de presentar las guías que han elaborado a partir de apuntes sobre el Baño de la Cava, que encontraron sucio e invadido de pintadas

«El respeto hacia los monumentos debe empezar por su conocimiento» - Foto: David Pérez

Los alumnos de la Escuela de Arquitectura que a lo largo de los últimos meses han acudido al Baño de la Cava a estudiar la evolución del edificio y su relación con el paisaje y con el río, alrededor de cuarenta jóvenes que a comienzos de febrero organizaron una jornada con el fin de limpiar el monumento, invadido por la acumulación de basuras, excrementos y pintadas, están a punto de estrechar todavía más su compromiso cívico con esta histórica construcción del siglo XI. En los próximos días darán a conocer las guías didácticas que han elaborado a lo largo del curso -dibujos, pensamientos, interpretaciones diversas- con el objetivo simbólico de compartir el conocimiento que han adquirido con el resto de los ciudadanos.

«Nuestra idea es dejarlas estas guías aquí en Semana Santa, a disposición de quienes se acerquen a conocer el edificio». José Ramón González de la Cal, profesor de la asignatura de Bases de Materiales, impulsor de esta iniciativa junto con Javier Bernalte y Juan Alonso, considera que es básico transmitir a los ciudadanos esta perspectiva: «En la medida que la gente conozca más este monumento y la importancia que tiene, quienes ahora lo ensucian aprenderán a respetarlo». En otras palabras: quienes aprendan a través de esta propuesta el deterioro que las basuras y las pintadas pueden provocar, quizá se lo piensen dos veces a la hora de cubrir de spray las inscripciones árabes de su cipo de caliza milenario.

Los alumnos de Bases de Materiales no solamente han aprendido a identificar los diferentes elementos arquitectónicos que se acumulan en un edificio tan antiguo -desde la morfología islámica de esta primitiva cabeza de puente de barcas hasta la mampostería encintada de ladrillo de su aparejo toledano-, sino que además han tenido la ocasión de iniciar un debate sobre la agresión que las pintadas ocasionan sobre los monumentos.

- Foto: David Pérez

«No creo que en este caso tenga la culpa el graffiti en sí, sino quienes no se dan cuenta de que no tiene ningún sentido hacerlo encima de un edificio protegido como este», opina Carlos Rodríguez, uno de los alumnos de la Escuela. Los jóvenes, que han hecho suya por completo la causa del Baño de la Cava, se han informado sobre el papel que las diferentes administraciones juegan en la conservación de los monumentos, en este caso el Ministerio de Cultura. «Es posible que les preocupe su conservación, pero creo que no lo suficiente, y menos en la situación actual», apunta por su parte Tamara Gómez. Los estudiantes, a través de sus profesores, han profundizado en la manera teórica de limpiar las pintadas, barajando técnicas como el chorro de agua o de arena a presión, que permitan erradicar la suciedad sin hacer daño a los paramentos. Evidentemente, no son ellos todavía quienes deban encargarse de la rehabilitación del Baño de la Cava, pero la constatación del vandalismo sobre este edificio histórico les ha permitido conocer este problema al que tantas ciudades monumentales se enfrentan. En palabras del profesor González de la Cal,«el Baño de la Cava es un atlas de arquitectura impresionante. Pocas escuelas pueden permitirse el tener un edificio del siglo XI a solo diez minutos a pie».

Ojalá, insiste el docente, «podamos llegar a educar la mirada de los ciudadanos a través de las guías de estos alumnos. El monumento no se rehabilitará por sí solo, pero al menos nosotros habremos aportado nuestro esfuerzo para conseguir ese objetivo. ¿Es una utopía? Puede, pero en acciones de pensamiento como esta, en la que ha participado nuestro ‘pequeño ejército’, está el origen de las grandes iniciativas que contribuyen a cambiar una ciudad».

El formato de las guías o miradas personales de los alumnos sobre el Baño de la Cava será totalmente libre. En la página de la derecha podemos apreciar algunas de las propuestas en pleno proceso de elaboración. «Las miradas transversales nos permiten fijar nuestra atención sobre multitud de aspectos diferentes. Es un monumento pequeño en dimensiones, pero ofrece muchas cosas. Yo invito a la gente a que baje a comprobarlo con sus propios ojos».

José Ramón González de la Cal tiene en mente el extender esta iniciativa a otras partes de la ciudad en años posteriores. «El Baño de la Cava ha supuesto dar el primer paso, pero todavía queda mucho camino por delante. Todo dependerá de los alumnos que año a año vayan incorporándose a la Escuela», indica el docente, aunque recuerda que la iniciativa de los estudiantes se tomó de forma totalmente voluntaria, sin la obligación impuesta de colaborar por parte de los profesores.
El proyecto, que se encuentra abierto a la colaboración de cualquier institución o colectivo preocupado por el estado de la ciudad, ni siquiera tiene nombre, por el momento. ‘Arquitectura cívica’ fue el títular que La Tribuna de Toledo le dio a comienzos de febrero, cuando la noticia de la jornada de limpieza llegó a los ciudadanos e instituciones. «Nos gustaría que las administraciones fueran tan inteligentes como estos chicos y que respondieran con el mismo entusiasmo con el que ellos se reunieron para limpiar de basura un monumento del siglo XI. Nos gustaría. Pero, desgraciadamente, esto es difícil».

Opiniones de los alumnos

Tamara Gómez: «Es una pena tenerlo en estas condiciones». «Es una pena tener un monumento tan importante en estas condiciones». Tamara Gómez ha comprobado, junto con el resto de sus compañeros, que la basura que retiraron hace semanas vuelve a empezar a acumularse en el Baño de la Cava. «Creo que hay preocupación de las administraciones en el cuidado del patrimonio, pero no la suficiente, y menos con la situación actual», opina esta estudiante de Arquitectura. En el caso de edificios históricos que se encuentran extramuros, la situación se agrava aún más, porque no reciben la misma atención por los responsables en comparación con los que perviven en el interior del Casco.

Celia Melchor: «Queremos transmitirlo a los ciudadanos». «Estudiar el Baño de la Cava durante dos meses, dibujarlo, interpretar los elementos arquitectónicos que lo componen, así como sus texturas, es lo que nos ha permitido llegar a conocerlo. Eso es lo que queremos transmitir al resto de los toledanos», segúnCelia Melchor. «Era impresionante el estado en que se encontraba cuando vinimos por primera vez». Su guía didáctica conjugará la interpretación constructiva del edificio con un elemento singular que a propósito del Baño de la Cava se ha transmitido hasta nuestros días desde hace mucho tiempo: la leyenda del rey Don Rodrigo y su amante.

Elena Gómez: «Muchos jóvenes no saben ni de qué se trata». «Muchos de nosotros no sabíamos ni dónde íbamos cuando nos hablaron por primera vez del Baño de la Cava. Las personas mayores sí que lo conocen y lo identifican con claridad, pero no todos los toledanos, sobre todos los jóvenes, saben lo que es y en qué consiste». Elena Gómez cree que el respeto por el monumento aumentaría si quienes están acostumbrados a verlo de pasada, desde el otro lado del río, se tomaran la molestia de acercarse. Lamenta el estado en que se encuentra debido a la suciedad y las pintadas, así como el «ocio destructivo» que tan a menudo se identifica con la juventud. «No todos los jóvenes nos comportamos así».

Carlos Rodríguez: «¿Qué pinta el graffiti sobre un monumento?». «El graffiti en sí me parece bien, pero solamente si se practica en zonas para ello. ¿Qué interés puede tener el hacer pintadas sobre este torreón?», se pregunta por su parte Carlos Rodríguez. Este otro estudiante es consciente de la polémica en torno a esta forma de expresión urbana, que siempre suele apuntar en una misma dirección: la criminalización en la totalidad de los casos. «No creo que en este haya ninguna duda: la culpa no es del graffiti como tal -que podría practicarse en sitios habilitados a propósito-, sino de quienes se dedican a pintar sobre un edificio que se encuentra protegido».