"Lo que no se puede hacer en Justicia es improvisar"

M G
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El presidente del TSJ regional, Vicente Rouco insiste en que "hay que apoyar a los forenses para que tengan medios, su trabajo está muy por encima de esas películas como CSI"

Acaba de tomar posesión el nuevo fiscal jefe de Toledo. La plantilla de la provincia presenta un importante déficit de hace años, tal y como recordó el anterior fiscal jefe hace unas semanas. ¿Cuáles son las necesidades?

Quizá esa pregunta tendría que contestarla la plantilla de fiscales de Toledo, pero hay necesidades de la organización judicial que se han puesto de manifiesto en la memoria judicial del año pasado y se están traduciendo, en algunos casos, en nuevos órganos judiciales, otros están por crear y hay que seguir reclamando para hacer frente a las necesidades de respuesta judicial que demanda la sociedad. En el caso de la provincia de Toledo, hemos conseguido, aunque con atraso, que se pongan en funcionamiento tres juzgados importantes, el Penal número 4, el sexto de Primera Instancia e Instrucción de Talavera de la Reina y uno más en Illescas. Son más recursos con tres nuevos jueces y funcionarios que permiten mayor actividad judicial, pero repercute en la estructura del ministerio fiscal, que sigue con la misma plantilla.

No me atrevo a cuantificar las necesidades de la Fiscalía, pero cuando voy de visita de inspección lo primero que detecto es que las insuficiencias se traducen en una menor eficacia de la respuesta judicial, con lo que la mejora conseguida con más medios de planta judicial no tiene la agilidad que debería si hubiera los medios necesarios.

Los juzgados de Toledo continúan muy saturados, sobre todo, los del norte de la provincia, pero también en la capital. Una problemática que se refleja todos los años en la memoria del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. ¿Cómo ve la situación?

Unos años en una faceta y otros en otra, la labor que he tenido en estos años como presidente del TSJ ha sido incansable tratando de impulsar mejoras en la organización, mejoras en la modernización en los medios, más efectivos en la plantilla y en la planta judicial. Estamos en una sociedad democrática, en una sociedad donde hay avances económicos y sociales y se traduce en una conciencia de los ciudadanos de amparo y de tutela judicial de sus derechos y en una respuesta judicial mayor. La Justicia, desgraciadamente, ha sido demasiado olvidada en comparación con otras administraciones, quizá no le ha ocurrido lo mismo a la educación o a la sanidad. Parece que se percibe como menos necesaria y se ha descuidado considerarla como prioridad a nivel de medios y de organización. Es algo que nos vamos dando cuenta de la importancia que tiene y de ahí la reivindicación de más medios.

En Toledo, por ejemplo, tenemos un partido judicial en la capital administrativa y política que está desatendido y todavía no tenemos división de jurisdicciones, como ocurre en Albacete y Guadalajara, algo fundamental para realizar un trabajo ordenado. Pero en la capital regional no se ha podido hacer porque el número de juzgados es insuficiente, lo mismo que le ocurre a Ciudad Real. El objetivo prioritario es que Toledo, por sus características, importancia, tipología de los conflictos y litigiosidad tenga un número de órganos suficientes para contar con una jurisdicción penal exclusiva y otra de lo civil en exclusiva.

En la memoria del año pasado pedíamos dos juzgados más porque también afecta el fenómeno de la litigiosidad civil masiva que se está produciendo en materia de consumidores y usuarios, reclamaciones hipotecarias, cláusulas suelo y otros procedimientos, que ha llevado a especializar uno de los juzgados para recibir todos los litigios en la provincia. Hemos elevado la petición al Consejo General del Poder Judicial y al Ministerio de Justicia, pero contarlo en los medios es vital para trasladar la necesidad.

Además, el partido judicial de Illescas, por encontrarse en La Sagra, con una gran actividad social económica y urbanística, acumula mucha actividad. Hay zonas con un índice demográfico muy alto y generan problemas, conflictos y una litigiosidad muy alta. Por eso, habría que reclamar también una sección de la Fiscalía para atender estos órganos. Pero también hay otros partidos judiciales de menor envergadura, como Orgaz, donde los juzgados no dan más abasto porque tiene un partido extensísimo y una litigiosidad muy grande.

Además, tenemos problemas en la Audiencia Provincial como consecuencia del volumen de apelaciones y de juicios de mayor importancia, con una planta judicial insuficiente. También ocurre otro tanto en la jurisdicción de lo Social, donde se tendrían que crear más órganos judiciales, aunque ahora tienen un refuerzo que ayuda, pero no es la solución satisfactoria. En definitiva, hay un panorama que requiere de atención, sobre todo, en Toledo, una de las provincias de mayor complejidad por el volumen de litigios, de conflictividad económica y social en armonía con la realidad social y económica.

La crisis va cediendo y ya se va notando en los juzgados. Aun así, el Mercantil está muy colapsado y las tasas de pendencia indican que tardaría varios años en dar salida a los procedimientos sin que entrara ninguno más. A pesar de los refuerzos, la situación de este órgano es bastante preocupante, ¿no?

Sí. Este juzgado, en sí mismo por sus características y por la crisis económica, estaba recibiendo un volumen de asunto mercantiles muy elevado, que superaba todos los indicadores y módulos razonables. Ya tenía un refuerzo, pero para aprovechar la potencia organizativa, la capacidad y el dinamismo del magistrado titular, Juan Ramón Brigidano, al que tengo que felicitar por ser un gran magistrado y hacer una labor impagable, ya que si no fuera por él este juzgado iría por otros derroteros, asumió voluntariamente y puso a disposición esa potencia para asumir la especialización de los juzgados de la provincia y llevar la competencia de las cláusulas suelo y todos los derivados de la ligitiosidad de las reclamaciones de gastos, escrituras... Además de sus asuntos, desde junio del año pasado ha recibido 7.155 derivados de las cláusulas suelo y aunque hemos puesto refuerzos -ahora mismo hay tres jueces más-, menos de los que yo hubiera deseado, y cuenta con una estructura de secretarios y de personal, no puede más.

Este juzgado tiene trabajo para mucho tiempo y por eso hay que reclamar un juzgado mixto para poder dividir las jurisdicciones y tener juzgados de Instrucción, para instruir las causas penales, y de Primera Instancia, destinados a las causas civiles. De esta manera, también podría asumir todos los asuntos de la provincia en cláusulas suelo. Esta fórmula es muy inteligente porque permite que no se colapsen el resto de órganos con las cláusulas suelo, que se unifiquen criterios y se realice una tramitación más ágil. Así que se trataría de una buena medida sin necesidad de invertir muchos recursos.

Sé que se está estudiando y hay una buena recepción de la propuesta, pero es necesario que se materialice. La sociedad tiene que saber que este juzgado está realizando un gran esfuerzo, con este magistrado al frente, por la entrega, la dedicación y el esfuerzo de la plantilla que está evitando que la litigiosidad no se traslade a otros juzgados y les perjudique.

La competencia de las cláusulas suelo ya no depende de los órganos Mercantiles. ¿No se podría también buscar otra fórmula y repartir la carga entre otros juzgados para que el peso no se lo lleve exclusivamente el número 1?

De acuerdo con la competencia establecida en la ley orgánica se tratan de asuntos civiles ordinarios, con lo que se podrían repartir entre todos los juzgados de la provincia, pero hay una previsión en la ley orgánica del Poder Judicial que permite que el CGPJ, con el informe del Ministerio de Justicia, pueda especializar uno o varios juzgados para que lleven determinadas categorías de asuntos y es la fórmula elegida en Toledo ante esa ligitiosidad masiva, ya que esas cláusulas suelo representan un 20%del total de la litigiosidad civil que existe en todos los órganos de la provincia.

Así la gestión más razonable, pero hay que apoyar al órgano que lo recibe para que pueda tramitarlas en un tiempo razonable, de igual manera que más tarde se tendrá que apoyar a la Audiencia Provincial cuando tenga que resolver estos recursos de apelación sobre la materia.

Antes hablábamos de la necesidad de especializar el juzgado de lo Mercantil. Imagino que también habría que hacer lo mismo con el de Violencia sobre laMujer para conseguir uno exclusivo como tiene Albacete y dejar atrás tanta saturación.

Sí. Cuando se pusieron en marcha estos juzgados especializados en esta materia para unificar criterios y contribuir a una respuesta organizativa más eficiente, en Castilla-La Mancha estos órganos no daban los índices de trabajo que existían en otras comunidades y grandes ciudades. Pero como presidente del Tribunal Superior de Justicia siempre he defendido que si este tipo de órgano se creaba debíamos aspirar en la región a contar con órganos exclusivos a pesar de que no tuvieran esa carga de trabajo y se creó el de Albacete, que funciona fenomenal.

¿Y dónde no funcionan tan bien? En Toledo, Guadalajara y Ciudad Real estamos teniendo problemas organizativos que contaminan al resto de las actividades del juzgado. A estos asuntos se les da preferencia y esto provoca dilaciones en el resto de asuntos, con lo que resulta difícil organizar la actividad programada. Por eso, seguimos apostando por la creación de juzgados exclusivos. También habría otra fórmula, que nos amplíen la planta judicial en la medida necesaria y así podríamos distribuir mejor el trabajo y liberar a estos juzgados del resto de actividades.

O plantear un juzgado especializado para varios partidos judiciales, una propuesta que ha solicitado muchas veces el juez decano, ¿no?

En el caso de Toledo es una propuesta interesante que hemos acogido. Hacer una provincialización o comarcalización porque no causaría tanto trastorno que los ciudadanos tuvieran que desplazarse a un determinado órgano si se trata de un tiempo razonable. Sin embargo, este problema es mayor en provincias extensas porque las comarcas están más alejadas. Hay otras fórmulas, ampliar la comarcalización contando con la planta judicial más importante. Pero la realidad es que el juzgado número 5 de Toledo no funciona igual de bien con estos asuntos y sí lo haría si pudiera concentrarse en exclusiva en la violencia de género.

La falta de psicólogos en los equipos psicosociales en la provincia de Toledo está ocasionando retrasos en los informes de más de un año. ¿Se han pedido soluciones?

Lo que no se puede en la Justicia es improvisar y atender necesidades muy diversas con medios artesanales. Para los asuntos de violencia de género se necesita un equipo integral que tenga sus médicos forenses, psicólogos, y expertos en valoración de riesgo, así es más difícil equivocarse y es mucho más fácil acertar y tener los elementos de juicio para decidir y proteger a la víctima. Pero si el equipo de psicólogos aquí está en cuadro o es insuficiente y también tiene que ver asuntos penales en general, asuntos de familia y demás se termina colapsando la petición de informes.

Cuando voy a los juzgados de inspección me encuentro con informes de esta naturaleza con retrasos intolerables, muchas veces de más de un año, a pesar de que no se trata de asuntos urgentes. Aun así, no se puede esperar el informe para una custodia, por ejemplo, tanto tiempo porque para el ciudadano se trata de un asunto urgente. Y son recursos fundamentales para ofrecer una Justicia de calidad.

Tampoco los forenses andan bien. Falta plantilla, instalaciones adecuadas y siguen sin fecha ese futuro edificio de Medicina Legal para Toledo.

Tenemos Instituto de Medicina Legal en plantilla y sobre el papel, pero no tenemos un edificio ni instalaciones que permitan hacer el trabajo con la calidad que requiere la medicina forense. De todas maneras, contamos con una directora y con un equipo de forenses que se han convertido en uno de los puntales de la Justicia. Rompo una lanza en su favor porque es una parte esencial del trabajo de calidad que nos ayuda a hacer nuestro trabajo en diversos asuntos muy complejos muchas veces. Hay que apoyarles y hay que hacer esfuerzos para que tengan estos medios y estas instalaciones porque su trabajo queda muy por encima de esas películas americanas como CSI... Son mejores forenses que estos protagonistas de las películas.

En la memoria del TSJ también se recoge la posibilidad de dividir el Instituto de Medicina Legal de Toledo y Ciudad Real para ganar en mejoras organizativas. ¿Cómo lo ve?

Se optó por crear dos institutos de medicina legal en la región en su momento, uno con sede en Albacete y otro con sede en Toledo, que acoge también Ciudad Real. Creo que las funciones organizativas son más secundarias y si ese servicio se tiene que distribuir de otra manera para Ciudad Real y para Toledo, acorde a sus características, lo importante es que funcione adecuadamente. En el caso de Toledo tiene que haber instalaciones adecuadas, igual que en Ciudad Real.

En la jurisdicción de Menores no hay tanta problemática, pero aun así jueces y otros profesionales llevan años pidiendo un centro de internamiento en Toledo.

La actuación de la Fiscalía de Menores y del juzgado son ejemplares. Tiene una carga de trabajo que le permite desarrollarlo con calidad y estoy absolutamente convencido de que se está haciendo. Lo que se necesitaría es apoyo técnico del equipo adscrito a este juzgado que, a veces, por circunstancias no tiene los elementos necesarios.

Efectivamente, los centros de reforma de menores muchas veces están masificados y es una realidad que hay que trasladar a la sociedad, pero es la comunidad autónoma la que tiene que poner los recursos necesarios para dotar las plazas necesarias. En Ciudad Real hay un centro modélico, lo he visitado y me tengo que descubrir el sombrero con su trabajo. Por eso, no podemos tener los centros masificados y hay que convencer a la Consejería de Bienestar Social de que tiene que seguir haciendo esfuerzos y dotando de recursos para tener más plazas y crear algún que otro centro que sustituya a los que están más anticuados.