El cierre del Carmen a los coches se adelanta por el riesgo de hundimiento

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Un informe de los Bomberos indica que la zona de aparcamiento más pegada a la muralla presenta un «equilibrio inestable» y ya se han producido desprendimientos de rocas

El cierre del Carmen a los coches se adelanta por el riesgo de hundimiento - Foto: David Pérez

La llegada de la lluvia tiene al Ayuntamiento de Toledo «preocupado» no tanto por las inundaciones en las calles como por la «inestabilidad» de dos murallas, la árabe a la altura del Miradero -debido al agujero que ha dejado la obra del remonte mecánico en Gerardo Lobo- y la del Paseo del Carmen que da a Doce Cantos por el peso de los coches que aparcan allí diariamente.

En el primer caso, el equipo de Gobierno municipal recuerda a la Junta de Comunidades, como promotora de la obra del remonte, que quitaron una «gran pieza de hormigón que sujeta la muralla» y deberían «tomarse esto en serio» porque, advierten, «hay un riesgo grande» de que  aquello se caiga.

En el caso del Paseo del Carmen el portavoz, Rafael Perezagua, asegura que según informes «técnicos» de los Bomberos «está al límite» y ya se han producido desprendimientos de rocas que desvelan que la parte de arriba, donde los vehículos aparcan pegados a la muralla, tiene «un equilibrio bastante inestable».

Hasta tal punto llega el agobio que ha sido la excusa perfecta para que el Gobierno municipal haya decidido adelantar el cierre del único aparcamiento gratuito que tiene el Casco para antes de que acabe el año, cumpliendo así un proyecto que anunciaron en el marco de los acuerdos PSOE-IU para la aprobación del presupuesto 2012.

En cuanto al resto de problemas que ha causado la tromba de agua que cayó el domingo, Perezagua, asesorado por el concejal de Urbanismo, Javier Nicolás, rechaza que se puedan calificar como inundaciones y lo reduce a la categoría de «charcos grandes». No confundir, subraya, porque son cosas distintas.

El portavoz, en una función didáctica que se le agradece, indica que el problema de los barrios de nueva planta de Toledo capital es de «diseño» y, por ejemplo, la Avenida de Barber sufre acumulaciones de agua porque era la salida natural en dirección al Tajo antes de que a alguien se lo ocurriera colocar allí una calle. En el caso de la Avenida de Europa, matiza, la causa es la propia inclinación del barrio que acaba haciendo confluir toda la escorrentía en un pequeño espacio.

Y así «no hay colector que lo soporte», esté limpio o sucio, porque «las infraestructuras» urbanas se construyen pensando en aguantar «intensidades medias». En su opinión esta teoría se confirma con casos como la carretera de Valencia que sufre fuertes atascos en puentes y vacaciones pero es capaz de absorber sin problemas el tráfico diario.

Perezagua recalca que lo paradójico de este problema de los charcos es que el Casco Histórico, con siglos de antigüedad, no sufre ni de lejos las mismas acumulaciones de agua que los barrios más modernos. También reconoce que el hecho de haber pasado meses sin caer lluvia puede haber contribuido a que algún sumidero tenga algo de suciedad, pero insiste en que la causa de los charcos es la intensidad de la lluvia, no el estado de mantenimiento de los imbornales.

En todo caso concluye que las incidencias del fin de semana fueron «mínimas» incluso en la carretera del Valle, donde la Policía Local pudo retirar a mano las pocas piedras que rodaron, y se remite a lo que ocurrió en una víspera del día de la Hispanidad, allá por 2008, donde la cantidad de agua dejó un saldo de «calles destrozadas».