El Gobierno hizo oficial ayer la revisión a la baja del crecimiento de la economía española, que será del 2,6 por ciento del PIB este año y del 2,3 el que viene. El nuevo cálculo supone una décima menos de lo previsto hasta la fecha y confirma la desaceleración del país, lo que, a juicio del Ejecutivo, no es óbice para llevar a cabo las subidas de impuestos y de gasto público pactadas con Unidos Podemos. 

Esa son las cifras que están dentro del nuevo cuadro macroeconómico que acompaña al borrador de los Presupuestos Generales del Estado para 2019 que el Ejecutivo envió ayer a Bruselas y que, a su juicio, «cambian el paso al país» y «revierten de forma definitiva los recortes del PP. En ese documento se prevé unos ingresos adicionales de 5.678 millones y un aumento del gasto de 5.098 millones que situarán el déficit en el 1,8 por ciento del PIB.