Podemos quiere declarar a la expresidenta de la Junta, María Dolores de Cospedal, «persona non grata» en Castilla-La Mancha, con el objetivo de hacerla desaparecer de los actos institucionales organizado a nivel regional y, sobre todo, para dejar patente «lo que es y debe ser la actividad política aquí y en España».

Al cierre de esta edición, la formación morada aún no había definido el formato en el que presentará esta propuesta. Aunque seguramente sea en forma de Proposición No de Ley (PNL), no se descarta tampoco ideas como la de promover un cambio en la tan traída y llevada Ley de Consejo Gobierno, para sacar a Cospedal del protocolo en los actos institucionales.

No hay que olvidar aquí que los expresidentes regionales son invitados ‘de oficio’ a eventos de calado como celebración del Día de la Región. Ni tampoco perder de vista que Cospedal no ha asistido a ningún acto de este tipo desde que dejará su escaño como diputada regional en 2015.

Más allá del protocolo en sí, García Molina explica que esta decisión se ha tomado tras conocerse las últimas noticias de corrupción y espionaje vinculadas al excomisario Villarejo en las que se ha visto envuelta Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro. «Han sido la gota que ha colmado el vaso de la inmoralidad política», recalca.

No obstante, insiste en que en que esta iniciativa no sólo se debe a la ‘oportunidad política’ del caso Villajero. Como recalca, «es una declaración de intenciones». «Nuestra iniciativa quiere ser una declaración de principios sobre lo que es y debe ser la actividad política».

Y es que, como asegura, «a estos comportamientos vinculados al fraude y la corrupción, deben sumarse los daños causados a la población castellano-manchega durante los años de Gobierno de Cospedal». Cuatro años que tuvieron «un efecto desbastador» y en los que Castilla-La Mancha se colocó «entre las tres regiones más pobres de España, la segunda con mayor riesgo de exclusión social, la que más pobreza infantil tenía, en la que se disponía de menos ayuda a las familias (sólo a una de cada 2.000 familias), y en la que más recortes se realizaron».

 A pesar de la vehemencia de Podemos en su defensa de la «ética y la moral» en política, sus argumentos no han convencido al actual presidente de la Junta, Emiliano García-Page, para más inri, su socio desde hace algo más de un año en el Gobierno regional.

Las razones que da García-Page para rechazar esta iniciativa también son de índole moral. Como asegura, «no quiero ser muy buen político a costa de dejar de ser persona».

Como explica, no le desea «nada malo» a nadie. «Ni siquiera a los que han sido mis adversarios políticos, a pesar de que me estoy dedicando a hacer exactamente lo contrario de lo que hacían mis antecesores». «Yo no quiero que se confunda la acción política con el talante personal».

Por tanto, salvo un giro de última hora, la iniciativa de Podemos se quedará solo en el debate político, ya que los dos escaños ‘morados’ en las Cortes regionales son a todas luces insuficientes para sacar adelante esta declaración.

Lo que sí se queda ahora en el aire es cómo afectará esta maniobra a las relaciones de PSOE y Podemos. A menos de siete meses de las elecciones autonómicas, cualquier aumento de la temperatura política puede ser fatal para el pacto de Gobierno que mantienen a a día de hoy. Se verá.