El último requiem de Mozart de la Reina Sofía

ADM | TOLEDO
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De asistir al concierto de Ivor Bolton en Toledo, sería la segunda vez que la soberana escucha esta pieza en la Catedral toledana. Fue en el año 1969, con motivo de la inauguración de la Decena de Música de Toledo

Un rumor aún no confirmado por Zarzuela recoge desde hace algunos días que los reyes de España, así como la reina madre Sofía de Grecia, podrían asistir el próximo 20 de septiembre a la interpretación del Requiem de Mozart que Ivor Bolton dirigirá en la Catedral. De ser cierto, sería la segunda vez que la reina Sofía acude a Toledo para escuchar esta conocida pieza, pues ya presidió un Requiem del compositor austriaco en el templo primado durante la Decena de Música de Toledo de 1969, un acontecimiento de importancia nacional que tuvo lugar hace cuarenta y cinco años. Entonces era princesa de Asturias y ya tenía fama de ser una gran melómana.

Todo el casco histórico de Toledo, no solamente la Catedral, se convirtió en un verdadero auditorio entre los días 19 y 28 de mayo de ese año. Con motivo de la Decena toledana fueron programadas actividades musicales en el interior de templos como San Román y Santa Eulalia, y también en espacios culturales como el Palacio de Fuensalida (en la actualidad sede de la Presidencia de Castilla-La Mancha), la sinagoga del Tránsito (que hoy acoge al Museo Sefardí) y el Museo de Santa Cruz.

Las Decenas de Música, organizadas por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación y Ciencia, a través de la Comisaría General de la Música, consistían no solamente en conciertos a cargo de prestigiosas orquestas, sino también en conferencias y actividades complementarias que, en palabras del crítico musical Antonio Fernández-Cid, tenían entonces «pocos precedentes entre nosotros». Las nueve Decenas de Música celebradas hasta 1977 -Daniel Barenboim dio este año el último concierto al frente de la Filarmónica de Los Ángeles-, según apunta el toledano José María Domínguez, profesor del área de Música de la Universidad de la Rioja, trajeron consigo «un impulso modernizador muy relevante, en coherencia con el aperturismo de los años finales del régimen, al tiempo que se pretendía imitar los grandes festivales europeos, como Salzburgo o el Maggio Musicale Fiorentino, que combinaban marcos incomparables con exquisita calidad musical». Así, al menos, fue recibido el acontecimiento en el año 1969, cuando Fernández-Cid recogía en las páginas de ABC que Toledo estaba a punto de convertirse en «el máximo interés musical de España», compartiendo protagonismo con el Festival Gulbenkian portugués y con el Festival de Ópera de Madrid.

La inauguración de la Decena de Música de Toledo tuvo lugar el 19 de mayo de 1969, en el Palacio de Fuensalida. Contó con la presencia de Florentino Pérez Embid, director general de Bellas Artes, que fue responsable de inversiones especialmente destacadas en el Toledo de comienzos de los años setenta, como la remodelación de la capilla de la Concepción de Santo Tomé y la restauración del Entierro del conde de Orgaz. Hilario Barrero, hoy profesor en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, recogió la crónica de la jornada en las páginas de El Alcázar. Por él sabemos que la conferencia inaugural fue pronunciada por Manuel Valls Gorina (1920-1984), quien realizó un amplio recorrido por la polifonía catalana, deteniéndose en figuras como Juan Cererols (1618-1680) y el padre Soler (1729-1783). No consta que se refiriera a Jaime Casellas (1690-1764), natural de Valls, que fue maestro de capilla de la Catedral toledana y que ha sido estudiado durante los últimos años por Carlos Martínez Gil. La primera parte del concierto inaugural estuvo centrada, precisamente, en este repertorio.

«Organizar desde Madrid un programa monográficamente dedicado a la música catalana, algo difícilmente imaginable hoy en día, obedece a planteamientos sorprendentemente modernos para la época», según Domínguez. El compositor alicantino Óscar Esplá (1886-1976), presidente de honor del Consejo Asesor de la Música, fue el encargado de organizarlo. La parte del concierto anterior al Requiem de Mozart incluyó piezas del Llibre Vermell de Monserrat, del Cancionero de Upsala y de autores como Brudieu, Soler y Cererols. Fueron interpretadas, bajo la dirección de Enrique Ribé, por la Capilla Clásica Polifónica, el Coro Madrigal y la Coral Sant-Jordi.

Hilario Barrero destacó en su crónica para El Alcázar la especial sonoridad y riqueza artística de la Catedral antes de dar detalles sobre la interpretación de la célebre composición mozartiana. Antonio Ros Marbá, director titular de la Orquesta Sinfónica de la Radio Televisión Española, al frente de la Orquesta Ciudad de Barcelona y los coros anteriormente citados, contó como solistas con Carmen Bustamante (soprano), Norma Lerer (contralto), Julián Molina (tenor) y Víctor Narké (barítono).

La entonces princesa de Asturias asistió al concierto acompañada por la esposa del gobernador civil de Toledo, Enrique Thomas de Carranza. Era alcalde de Toledo Ángel Vivar. La crónica de El Alcázar recogió la presencia de mil doscientos asistentes, muchos de ellos estudiantes, alrededor de la mitad de los cuales procedían de Madrid. Una vez concluido el concierto, doña Sofía felicitó a sus directores e intérpretes, así como a Salvador Pons Muñoz, comisario general de la Música.

Óscar Esplá confiaba en que la Decena de Música de la ciudad de Toledo, la cual reunió a figuras como Victoria de los Ángeles, Alexis Weissenberg, Ernesto Halffter y el recientemente desaparecido Rafael Frühbeck de Burgos, se convirtiera en «el punto inicial de un impulso expansivo para nuestra producción, para nuestro sinfonismo, incluyendo en el término todas las manifestaciones de la música culta, y una fuente de estímulos para los compositores. Y esperemos que el acierto y el éxito, por tanto, acompañen a la noble empresa».