Las obras de remodelación del entorno de la plaza del Reloj y de la calle Corredera, encuadradas dentro del Plan Urban, no fueron acogidas de buena gana en un primer momento por los comerciantes de la zona, que se quejaron amargamente porque estos trabajos podían afectar muy seriamente a la ya tocada actividad comercial de la zona. No obstante, el calentón inicial parece que ha remitido un poco, de tal manera que el Ayuntamiento y los empresarios de ese enclave de la ciudad han acercado posturas y limado asperezas para que el proyecto se desarrolle sin problemas y sin generar complicaciones a comercios y vecinos.
De esta forma, una nutrida representación del equipo de Gobierno, con la concejala de Urbanismo a la cabeza, mantuvo ayer una reunión con comerciantes y representantes vecinales para abordar la puesta en marcha de las obras y la evolución de las mismas.
Así, y según apuntó a este diario una de las asistentes al encuentro, encima de la mesa se puso la posibilidad de que los trabajos se realicen cortando el tráfico, pero permitiendo el paso de viandantes al menos por una acera. Sobre este punto, la intención del Ayuntamiento es valorar en mayor medida los plazos de ejecución que el coste de las obras, de tal manera que el perjuicio que se cause a empresarios, vecinos y viandantes sea el menor posible. La misma fuente también señaló que salió de la reunión «mejor de lo que pensaba», aunque aún se mantienen a la expectativa.
Vecinos. Javier Benayas, secretario de la Asociación de Vecinos ‘Puerta de Zamora’, destacó por su parte que tras este encuentro hay quienes siguen siendo contrarios al desarrollo de estas obras, mientras otros se marcharon «medio convencidos» de que este proyecto «es una idea» y «se llevará a cabo a largo plazo y nunca según ha ganado el proyecto».
«Son ideas, no algo que se vaya a ejecutar según los planos, sino que tendrá que pasar por arquitectos» y «se remodelará según las necesidades», apuntó.
Según dijo Benayas, la principal preocupación es que se cierre al tráfico esta zona, por lo que los comerciantes plantearon diferentes opciones, entre ellas cortes temporales o por zonas, así como que tampoco se actúe en el adoquinado o las aceras.