Dos personas ingresan este verano en Parapléjicos por malas zambullidas

e. martín | TOLEDO
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El verano pasado fueron cinco las personas que sufrieron accidentes en las vértebras cervicales al lanzarse al agua. Todos eran varones y la media de edad fue de 32 años

Los expertos recomiendan tirarse de cabeza con los brazos por delante para proteger el cuello y la cabeza. - Foto: Rebeca Serna

La mejor recomendación, la prudencia. Como cada verano, el Hospital Nacional de Parapléjicos lleva a cabo una campaña de concienciación para evitar las tetraplejias por una mala zambullida en el agua. Con el lema ‘Que un mal salto no te trunque el verano’, la iniciativa comenzó a finales de primavera y se prolongará hasta el próximo mes de septiembre. Como explica Mónica Alcobendas, médico especialista en Rehabilitación del centro, en lo que va de verano dos personas han ingresado en estas dependencias por este motivo. El año pasado fueron cinco varones con una edad media de  32 años y algunos de ellos procedían de Asturias, Andalucía y Extremadura. Todas la lesiones se produjeron a la altura de las vértebras cervicales, lo que les provocaron una tetraplejia, si bien la mayoría fueron lesiones medulares incompletas y la mayoría tuvo lugar en el periodo de agosto.

El cartel de la campaña se puede imprimir en la página web del Hospital Nacional de Parapléjicos para pegarlo después en piscinas o zonas de baños con unas recomendaciones que no dejan de ser importantes por mucho que se repitan cada verano. La doctora recuerda la importancia de no lanzarse a aguas desconocidas con poca profundidad desde una altura elevada o donde pueda haber obstáculos como piedras o ramas, tener una correcta visibilidad del agua, evitar zonas con muchos bañistas para no caer encima de otras personas, tener en cuenta los cambios en el nivel de agua y tirarse de cabeza con los brazos por delante como prolongación del cuerpo para proteger la cabeza y el cuello. Igual de importante es no saltar de cabeza desde demasiada altura ya que una mala técnica de entrada puede causar una  lesión tan solo con un golpe con el agua. Además, el hospital también hace hincapié en que hay que tener especial cuidado con los niños cuando estén cerca de aguas recreativas incluso si la profundidad es pequeña.

La campaña cuenta también con difusión a través de las redes sociales y con el apoyo de ayuntamientos, gestores de piscinas municipales y de comunidades de vecinos, playas y zonas de baño.  La doctora indica que en lugares como ríos, lagos, playas o embalses los niveles del agua pueden variar de un día para otro por las mareas, aperturas o cierres de compuertas. Así, es conveniente comprobar siempre la profundidad.

Una vez que se ha producido el accidente, asegura, hay que inmovilizar el cuello de la víctima, evitar movimientos de la columna y avisar a un profesional para que realice el traslado. «Nunca hay que trasladar al lesionado en un vehículo para ganar tiempo».

Alcobendas insiste en la importante que resulta la concienciación, sobre todo, «porque son accidentes que se pueden evitar fácilmente». Las lesiones afectan a la movilidad de brazos y piernas, pero también a la respiración, a la vejiga y al intestino. «Estos casos suelen ocurrir en personas jóvenes y, por tanto, la repercusión es todavía más importante».

En lo que va de verano se han producido dos ingresos por este motivo en el Hospital  Nacional de Parapléjicos. Ambos son de Castilla-La Mancha y tienen 18 y 39 años. Una de estas personas se lesionó dentro de una piscina y la otra en un río. «Siempre hay que tener prevención ya te estés bañando en un río, en un pantano o en el mar, en donde a veces no medimos bien a la hora de saltar una ola, hay que estar muy atentos por si se retira antes de tiempo o por si hay un banco de arena».

Las cifras de lesiones se mantienen en los últimos años. En 2012  fueron cinco casos, en 2011 hubo seis y en 2010 cuatro. «Cuanto más incompleta es la lesión el paciente se recupera mejor, pero todo depende de la agresividad, que puede ocasionar no solo problemas de movilidad sino también respiratorios o intestinales». La peor consecuencia es el ahogamiento, que se da «cuando te golepas y no te puedes mover».

Así las cosas, insiste en que la concienciación «es cosa de todos». «Desde los padres a los socorristas que son quienes vigilan la seguridad de los bañistas».