Casi medio millar de testigos

Redacción
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La cita organizada por 'Ciencia a la carta' en torno a la estructura megalítica hallada en Totanés con motivo de la noche del equinoccio sorprendió por la «inusitada acogida» de público

Casi medio millar de personas acudieron en la tarde-noche del 23 de septiembre a la llamada de los antepasados en Totanés. La curiosidad que ha despertado el hallazgo de una estructura megalítica circular,  un Crómlech, entre los vecinos de la localidad y de los alrededores  convirtió la cita nocturna del domingo en un multitudinario encuentro en el que arqueólogos, especialistas en paisaje y astrónomos desvelaron a los allí presentes algunas de las peculiaridades que ya ha se pueden deducir de las primeras investigaciones sobre los restos encontrados.

En esta cita, organizada por el colectivo ‘Ciencia a la carta’, también hubo un testigo de excepción, el consejero de Cultura, Ángel Felpeto, que, acompañado de arqueólogos de su departamento y como el resto de los asistentes, pudo ser testigo de la «perfecta alineación» de dos de las rocas cuando se puso el sol en el equinoccio. Con la reserva de que el actual equinoccio presenta un desajuste en relación a los que se registraban miles de años atrás, lo cierto es que la experiencia del domingo «vienen a confirmar antes de las excavaciones que se trata de una estructura megalítica», señala  el arqueólogo Sergio Isabel, miembro del grupo Cota 667 que está realizando los trabajos.

Aún «impresionado» por la respuesta del público que acudió a la cita del domingo, subraya el arqueólogo que esto denota que la gente del entorno está interesada en su patrimonio, una circunstancia que quieren poner por encima  de todo porque «es fundamental que los vecinos se den cuenta de que su patrimonio es un recurso que deben cuidar y aprovechar, porque nosotros estamos allí trabajando durante un tiempo pero el patrimonio se queda con ellos».

Y no fueron pocas las preguntas a las que se enfrentaron los encargados de exponer el significado de esas grandes rocas que durante años han despertado la curiosidad del ahora alcalde de Totanés que fue quien puso en la senda del descubrimiento a  Cota 667.

«Vimos una gran curiosidad entre los participantes por saber hasta el último detalle», señala satisfecho Sergio Isabel que añade que ahora hay mucha expectación por seguir el desarrollo de los trabajos.

Unas labores que tendrán su continuidad en una segunda fase -la primera ha consistido en documentar la estructura- cuyo primer paso será pasar por el terreno un magnetómetro para «conocer si hay estructuras humanas bajo el suelo» y centrar el periodo de excavaciones en áreas que puedan presentar, a priori, resultados.

Desde Cota 667 confían en poder avanzar, aprovechando el buen tiempo que de momento está acompañando, en estas labores e incluso iniciar alguna excavación en estos meses, pero para ello se necesitan permisos de la administración que confían se otorguen con celeridad.

Y es que entre las labores a afrontar está el cribado de tierra, que no sería posible en época de lluvias, del que se podría extraer alguna conclusión sobre si se producía algún ritual si se encontraran restos de semillas, plantas, maderas... quemadas.

También está previsto realizar un estudio palinológico, un estudio del pólenes y  esporas, que podría definir el paisaje de aquella época porque «hoy hay un pinar de repoblación pero entonces no sabemos lo que había».

Y mientras se va avanzando en los siguientes pasos, lo que sí asegura Sergio Isabel, es que este proyecto tiene la continuidad asegurada.