Carolina Martínez: «El montador es el último narrador de la película»

I.P.Nova / Toledo
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Montaje, Carolina Martínez.

Al final, ella termina siendo la primera espectadora de la película y la última del equipo de producción que retoca el filme. Su trabajo, el del montaje, es de los más complejos del mundo del cine y puede que, también, un gran desconocido para muchos. Ayer, Carolina Martínez se acercó hasta el Festival de Cine y Palabra, CiBRA para dar a conocer ese bonito proceso en el que aprendió a respetar el trabajo de otros dejándose siempre guiar por su particular intuición personal. La pluma de los guionistas, la visión del director, la música del compositor, las interpretaciones de los actores, incluso, el dinero que tanto costó conseguir a la producción, se quedan reducidos a que ella lo narre y lo cuente siempre «bonito».
¿Qué tal está valorada la figura del montador?
El montaje es una de las partes más importantes de una película. Somos como el último narrador del filme. Sí es cierto que actualmente el trabajo del montador se valora mucho menos que antiguamente. Creo que es por un error que viene derivado de la facilidad del uso de las nuevas tecnologías. Parece que todo el mundo puede usar un programa de ordenador y se considera que cualquiera puede montar. Pero eso no es así. Todo el mundo sabemos escribir pero no todos somos escritores. 
¿Es de los montadores a los que les gusta estar durante el rodaje de la película?
A mí no me gusta ir a los rodajes, me parece que es muy importante mantener la distancia y estar un poco ajena a todo lo que transcurre mientras que se graba para poder posicionarte como un espectador. Para mí el montador es como el primer espectador. Yo juzgo las imágenes según las veo en la pantalla y prefiero no estar influida por lo que ha podido pasar en el rodaje. De esta forma, no tengo miedo a sacrificar un plano que ha costado mucho rodar o no temo quitar una parte por relación personal con el actor.
Un montador se ‘mete’ a interpretar la visión del director. ¿Cuáles son los límites creativos que les dejan?
A veces veo el trabajo como una especie de traductor. Intentamos plasmar las ideas de otra persona, es verdad que las pasas por tu filtro subjetivo pero el montaje es, también, una cosa de diálogo. Tu haces una propuesta y si el director no está de acuerdo con tu idea tienes que llegar a un entendimiento con él. De ese dialogo, entre director y montador, surge lo que queda en la película. Pero si lo que tu propones no convence, al final, triunfa lo que propone el director porque es quién firma la película (Se ríe).
¿Cómo ha sido trabajar con Amenabar como montadora jefe en su último filme ‘Regresión’?
Había tenido la suerte de trabajar con él como ayudante, porque lo que más he sido ha sido ayudante de montaje, con Ágora y Los Otros. Pero, la verdad, es que poder montar yo Regresión ha sido fantástico. Con Alejandro se trabaja muy bien. 
Al final muchos de esos tiempos de suspense se crean en el proceso final del montaje, acortando y ampliando tiempos, etc. ¿Cómo sabe cuándo parar al espectador frente a un plano o durante cuánto tiempo aguantará la risa de un chiste?
Eso es un poco intuición, por lo menos en mi caso. Yo me considero una montadora intuitiva que deja a las imágenes un poco que le hablen, por así decirlo. Es verdad que muchas veces tienes que ayudar acelerando tiempos, o creando pausas, para conseguir el efecto que quieres. Pero hay que tener muy en cuenta los sonidos y la música que pueden existir en la toma. En mi caso, he de decir que todo se decide gracias a mi intuición.
A la hora de montar un largometraje, ¿se decanta más por un género en particular?
Para mí, la verdad, es que da un poco igual. Yo creo que el montador tiene que adaptarse a la película, al estilo que le venga. En esta profesión es esencial ser versátil y ser capaz de poder hacer un buen trabajo te pongan el género, y el bruto, que te ponga. Quizá la comedia es más difícil, pero tampoco lo aseguraría categóricamente. Es cierto que, al fin y al cabo, partimos de una paleta que ya viene dada y nos influyen muchas cosas. Por tanto, lo mejor es ser versátil y saber adaptarse a cada proyecto.
Con esos programas que todo el mundo se puede descargar en su portátil y crear algo... ¿Se desconfigura la figura del montador? ¿Ayuda la existencia de plataformas como Youtube a que se demande este tipo de trabajo ‘rápido’?
 Es lo que comentábamos antes. Con esto parece que todo el mundo puede crear contenidos y no es tan fácil. Respecto a Youtube y plataformas así, no creo que desvirtualicen nuestro trabajo. Creo que son plataformas que dan contenidos y la oportunidad a mucha gente de poder presentar cosas. Hay que decirlo, en esta profesión lo difícil suele ser empezar y con esto es más accesible que se haga.
Una ayuda...
Exacto. Todo lo que ayude a la visualización para aquellos que están empezando me parece bien. Sí que es cierto que no hay que caer en trabajar siempre gratis o en hacer las cosas por la cara. Al final, todo este cine que ahora llamamos ‘low cost’ en el fondo es contraproducente para todos. Es verdad que tu puedes hacer cosas porque te gustan, pero si te quieres dedicar profesionalmente a ello estás en tu derecho a poder cobrar como, al fin y al cabo, lo hace todo el mundo.