Las indicaciones del buen guía

I.P.Nova / Toledo
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Almudena Cencerrado, presidenta de la Asociación Nacional de Guías Profesionales, imparte una charla en el Museo Greco sobre su labor y las directrices básicas para que los profesionales incurran en la buena labor del guía.

Al final un guía no es una otra cosa que un buen maestro. No sólo se trata de que tenga las actitudes y conocimientos necesarios para enseñar algo a alguien, sino que sepa hacerlo y adaptarlo al receptor del mensaje. Por ello, la presidenta de la Asociación Nacional de Guías de Turismo, Almudena Cencerrado, impartió ayer una charla en el Museo Greco a todos aquellos aficionados y profesionales que quisieran saber más sobre la correcta ejecución de la profesión turística. La preparación previa de la voz, planificar la ruta y adaptarse al grupo que te toca son algunas de las indicaciones que marcó la experta.
«El arte de guiar tiene unas pautas previas que se deben de tener en cuenta también durante el recorrido. El guía debe de preparar la voz, tener una postura que indique confianza, planificar la ruta que se va a seguir y hacer ejercicios para reducir el miedo escénico», enumera la profesional que, tras trabajar 12 años como guía por Europa, llegó a Toledo donde ya lleva 11 años aunque ella dice que prefiere no pensarlos «para no ver lo mayor que me estoy haciendo».
Fuera de bromas, esta toledana reconoce que prefiere ser ‘maestra’ de los más pequeños porque  jugar con el discurso narrativo de una aventura por el tiempo da mucho más juego a la hora de avanzar por las calles de la Imperial. «Ahora que está tan de moda esto del Ministerio del Tiempo -en referencia a la serie de TVE- les digo que abrimos una puerta de una máquina del tiempo que nos lleva directos a la época medieval. Es una ciudad de tres culturas con judías guapas, caballeros medievales y exóticas árabes», narra. 
Si algo se puede decir de la profesional, que es casi «más viajera que guía», es que su trabajo le apasiona y, por ello, lo defiende a capa y espada. Tanto desde la calle como desde los puestos de responsabilidad institucional que ocupa. Entre los handicap de su profesión, más todavía en Toledo,  Cencerrado destaca la propia calle; muy dura «no sólo en invierno» sino también durante el verano con épocas como el pasado mes de julio que fue «sofocante». 
Algo que tiene la profesión de guía, y que remarca Cencerrado, es que tiene que «gustarte mucho». «Uno no se mete en esto si no quiere», asevera. ¡Y eso que ella llegó a la profesión por casualidad! Para, además, llegar a situarse en la ciudad en la que, asegura, no se veía cuando comenzaba sus clases en la universidad. «Estudie Historia del Arte y, como no salía trabajo, poco a poco me fui situando en la rama del turismo. Ahora tengo esta profesión de la que me siento terriblemente orgullosa», concisa.
Para una guía que lleva descubriendo los entresijos de la Imperial desde hace tanto tiempo, no hay detalle del visitante que se le escape. De los españoles, dice que buscan mucho más el aspecto monumental de la ciudad. Los entresijos de la cultura judía, las vistas de la ciudad desde el Valle, su imponente Catedral... «La verdad es que Toledo es una ciudad muy fácil para guiar. Ahora llega el Corpus y haces una visita por los patios, tenemos una Semana Santa de Interés Internacional», cifra Cencerrado de una ciudad que, con tanta cultura por descubrir, se vende sola.
Pero la presidenta de la Asociación Nacional de Guías de Turismo, como buena viajera que se enorgullece de ser, le gusta guiar a extranjeros para poder tener el «placer» de ver con sus ojos. «Aunque con la televisión ya se conozca casi todo, es muy imponente  y chocante. -para una persona con una cultura completamente diferente a la nuestra- visitar la ciudad de Toledo», explica.
 
 
«Aunque no se diga las propias que se dan a los free tour son dinero b»
 
Como en todas las profesiones, la del guía está sufriendo el intrusismo laboral de una forma voraz. Almudena Cencerrado manifestaba ayer su disconformidad con los conocidos como ‘free tours’ a los que comparaba con compañías como Airbnb, en referencia al intrusismo del tercer sector. «Al final, están ofreciendo algo librándose de impuestos cuando nosotros estamos dados de alta y regularizamos cada movimiento», argumenta. Y es que, como ella misma lamenta, esas propinas que se dan a la persona que realiza el free tour no son otra cosa que «dinero b». Pero fuera de este problema, Cencerrado tiene los pies en la tierra y sabe que su forma de conocer la ciudad no es la única que se pueda ofertar y elementos como «las aplicaciones móviles o las audioguías» son una competencia legal que ofrece algo diferente. «Es como si una persona elige no viajar y ver Toledo con un documental en su casa», bromea Cencerrado. Porque si algo le duele a ella es lo mucho que le ha costado obtener la titulación y que algunos «se leen unos folios y dicen que son guías». 
 
 
Los guías de Toledo esperan que la Junta cumpla la promesa de más plazas
 
Almudena Cencerrado, además de presidenta de la Confederación Nacional de Guías en España, tiene el título que le acredita como guía profesional. Dicha acreditación, que se obtiene a partir de un examen público, se ha vuelto europea desde hace unos años a causa de una normativa de la Unión por lo que, toda aquella persona que opte a sacarse el título en cualquiera de las regiones en las que se presentan plazas, puede ejercer de guía en cualquier parte de España. Pero en Castilla-La Mancha hace mucho que no hay exámenes. Cencerrado se queja de esta situación y asevera que Ana Isabel Fernández Samper, directora General de Turismo, manifestó en una reunión mantenida con el colectivo hace unas semanas la intención, por parte de la Junta, de convocar exámenes próximamente. Desde la agrupación de guías profesionales se sienten muy aliviados ya que los exámenes se imparten con temarios referentes a cada comunidad y no es necesario que alguien acuda a estudiar la flora de Canarias, por ejemplo, cuando quiere ser ‘profeta’ en su tierra.