La judería de Lorcasale a la luz

e. martín | TOLEDO
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>Jorge Eiroa expone en la Real Fundación las excavaciones que, en 2002, llevaron al descubrimiento de parte de la Judería conformada por 18 viviendas y una sinagoga. Esperan que los trabajos se retomen cuanto antes tras el terremoto de 2011

Jorge Eiroa, director del proyecto científico del Castillo de Lorca, expuso en Toledo las excavaciones arqueológicas desarrolladas en la localidad murciana, en concreto, en el castillo, que salieron a la luz durante la construcción del Parador de Turismo en 2002. El conjunto conforma hoy un Parque Arqueológico, en el que los visitantes pueden contemplar viviendas y una sinagoga, bien conservada, que había sido abandonada y que se ha recuperado prácticamente en su estado de finales del siglo XIV y principios del XV.

Eiroa ofreció una conferencia  en la tarde de ayer en la sede de la Real Fundación de Toledo, en la que se remontó al año 2002 si bien estos trabajos se intensificaron a raíz de 2009, cuando comenzó una actividad arqueológica prácticamente continuada con el contundente objetivo de la apertura de este parque. Los arqueólogos, no obstante, no han podido cumplir con la planificación prevista a causa del terremoto que asoló la localidad en el año 2011, y que ha obligado a que las labores se destinen ahora a reparar las zonas dañadas por este lamentable suceso.

Confían en que, si todo va bien, el año que viene se retome el trabajo de campo. Y es que, hasta el momento ha salido a la luz un conjunto formado por 18 viviendas de población judía a juzgar por los restos materiales y las fuentes documentales. Un complejo estructurado en torno a la sinagoga.

Las sospechas apuntaban al castillo de Lorca como posible ubicación del barrio judío. Algún historiador lo había identificado como tal, pero hasta que no se acometió la construcción del Parador de Turismo no se confirmó la teoría que sostenían. En 2002, por tanto, se decidió interrumpir la construcción del Parador, se modificó el proyecto y arrancaron las excavaciones. Los sondeos, tal y como explicó, apuntan que puede haber muchas más casas que aunque no tienen características especiales que les diferencien de otras del siglo XV, se ha identificado a la población judía por un ajuar cerámico y también un análisis de la fauna, que permite comprobar que su dieta no se corresponde con la de las familias cristianas.