El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha salido moderadamente satisfecho de su primer encuentro con Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Entre otros compromisos, se lleva en la cartera la promesa de Moncloa de duplicar la capacidad de desalación del Levante de aquí a 2021. Algo que, ajuicio de García-Page, "suavizaría" la hipoteca del Tajo-Segura que Castilla-La Mancha lleva soportando "desde tiempos de Franco".

Asimismo, García-Page ha puesto en valor cambio en el discurso de Madrid en torno al agua. En este sentido, se cree el compromiso de Sánchez de "trabajar por un auténtico pacto nacional por el agua" y de buscar alternativas a medio y largo plazo al Trasvase. No obstante, el presidente regional ya avisa, "Castilla-La Mancha va a mantener su posición" y "veo tensión en el corto plazo". Y es que, como advierte,  "el trasvase se va a acabar", ya sea "de manera abrupta o buscando alternativas".

En este sentido, recuerda a Moncloa que "si siguen haciendo trasvases no ajustados a derechos, seguiremos recurriendo y tomando decisiones", ha indicado. Decisiones que, como añade, irán aumentando el tono, o no, dependiendo de la actitud que se encuentren en frente.

Lo que también ha sacado en claro García-Page de esta reunión es que Sánchez está dispuesto a revisar los actuales planes de cuenca hidrográficos, donde Castilla-La Mancha ha sido muy crítica. En este sentido, ya le ha dado recado de que la región va a solicitar las reservas en la cabecera del Tajo (Entrepeñas y Buendía).