A partir de ahora los productos lácteos tendrán que especificar su procedencia geográfica. El consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, aplaude esta medida y cree que es clave en un país como España que se ha visto abocado a importar 3.000 toneladas al año. Explicó que el consumo del país llega a los 9.000, pero por los cupos que tenía puestos la Unión Europea, no se podía pasar de una producción de 6.000. Ahora, sin embargo, no hay esas cuotas, así que apoya que sean los ganaderos españoles los que abastezcan en su totalidad al mercado nacional.

Cree que la obligación de indicar la procedencia geográfica será muy positiva para conseguir este objetivo. Y tendrá su efecto también en Castilla-La Mancho, sobre todo en la zona de Talavera donde expuso que el Gobierno regional ha estado trabajando con sus ganaderos.

Pero lo mismo que va a haber para la leche, Arroyo lo quiere también para la miel. «Venimos insistiendo también en etiquetar la miel como procedente de España», subrayó. Cree que «se está produciendo al menos confusión para los consumidores». El consejero reconoció que el anterior Ministerio de Agricultura no fue muy receptivo con la propuesta y promete que seguirá insistiendo con el nuevo. «Es una cuestión que importa mucho a los apicultores de Castilla-La Mancha y en general a todos los de nuestro país», expuso.

Arroyo hizo estas declaraciones durante la rueda de prensa que ofreció para explicar los acuerdos del Consejo de Gobierno. Apuntó que también se podría aplicar esa obligación de indicar la procedencia con el azafrán, si bien valoró la región es la única que tiene denominación específica.