Unos 90 pacientes esperan un trasplante renal en Toledo

I.G.Villota
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El tiempo de espera medio es de dos años y medio y la elección del receptor depende del grupo sanguíneo, la edad, la urgencia y la compatibilidad con el donante. Las negativas familiares han bajado del 50% al 17% en una década

Unos 90 pacientes esperan un trasplante renal en Toledo

Las listas de espera siempre son más largas de lo que nos gustaría, especialmente cuando se trata de algo tan importante como un trasplante, en este caso de riñón, una nueva vida. Unas 90 personas esperan un trasplante renal actualmente en el Hospital ‘Virgen de la Salud’ de Toledo. Son los datos ofrecidos por la Unidad de Trasplantes del centro sanitario, que se puso en funcionamiento en marzo de 2007 con la primera operación.

Fue un momento histórico que ahora se ve lejano tras la experiencia exitosa de casi 12 años de trabajo de un equipo multidisciplinar coordinador por el doctor José María Díaz Borrego, médico intensivista. El equipo médico y de enfermeras recibe a La Tribuna en un despacho del hospital, tras haber digerido uno de los principales hitos de los últimos meses: realizar en octubre siete trasplantes renales en 72 horas. Desde que arrancaron son un total de 421.

En el primer año de actividad, los pacientes fueron 16. Una cantidad que ha ido aumentando año a año, con el rodaje de la Unidad, con una media de 32 operaciones por ejercicio, apunta el doctor Díaz Borrego, quien destaca que en los últimos años la cifra había aumentado a una media de entre 40 y 42, bajando a 37 en 2018.  

«Empezamos con lo que llamamos ‘peritas en dulce’, pacientes casi sin complicaciones médicas, injertos sencillos, mientras que los segundos trasplantes se mandaban a otros hospitales. Con el paso del tiempo fueron asumiéndose aquí a medida que se perfeccionaba la técnica. Yo he visto hasta un quinto trasplante», explica el facultativo, quien indica que «hay pacientes con 80 años que se ha trasplantado en este hospital». De hecho, el receptor más mayor hasta la fecha tenía 80 años y el más joven, 19.

La lista de espera ronda las 90 personas y el tiempo medio de espera es de «dos años y medio», concreta el nefrólogo Miguel Ángel Muñoz, quien conoce a la perfección a los pacientes, los receptores, que suelen llevar años en diálisis. «Hay operaciones que se hacen a los seis meses y otros pacientes que llevan cinco años esperando, depende de múltiples factores», comenta.  

Y es que, son los nefrólogos quienes incluyen al receptor en la lista de espera, quienes seleccionan a los posibles receptores y quienes determinan la idoneidad del donante-receptor.

Esta es una de las claves. El doctor Muñoz explica que la elección del receptor depende de la compatibilidad del grupo sanguíneo, la edad, toda vez que no puede haber una diferencia de más de 10 años entre donante y quien va a recibir el riñón, así como la urgencia médica y la compatibilidad entre ambos para evitar los posteriores rechazos, que no llegan el 15 por ciento.

Todo empieza con el donante. Sin ellos, en este caso sin sus familiares, quienes autorizan la donación una vez fallecida la persona, nada sería posible. Una de las grandes noticias es que en estos 12 años de actividad del servicio han bajado notablemente las negativas familiares a la donación. El año pasado fueron del 17 por ciento en Toledo y en 2017 del 9 por ciento, mientras que en 2007 superaban el 50 por ciento, recuerda el coordinador.

El facultativo explica que no todos los pacientes con insuficiencia renal son susceptibles de ser trasplantados. «Hay enfermedades que no porque se repetirían rápidamente en el órgano trasplantado o pacientes que tienen mucha patología acompañante (hipertensión, diabetes...) y que la intervención quirúrgica sería un problema para ellos», indica.

El jefe de Urología, el doctor Antonio Gómez, pieza clave también en este proceso, explica que se pueden hacer segundos y terceros trasplantes en un mismo paciente. «Los riñones duran mucho tiempo y hacer un segundo trasplante no es fácil, pero si hay un paciente joven que rechaza el primer riñón o que ha tenido un problema postoperatorio, se le puede volver a hacer otro».

No en vano, son los urólogos quienes extraen los órganos al donante y los que realizan el acto quirúrgico del trasplante y supervisan el funcionamiento inmediato del riñón durante la operación.

Buenos resultados. Para concluir, el doctor Díaz Borrego se muestra satisfecho del trabajo realizado en estos 12 años y destaca que los resultados obtenidos en el ‘Virgen de la Salud’ «son comparables a los de hospitales punteros del país» con más años de experiencia y actividad.