Disparos toledanos de Robert Capa

Susana Jiménez / Toledo
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>Investigación. El joven toledano Carlos Vega ha conseguido localizar en el Museo de Santa Cruz de Toledo dos fotografías de Capa que hasta ahora se pensaba que fueron tomadas en Madrid.

La imagen de Capa al comandante Madroñero explicándose en el Hospital de Santa Cruz. - Foto: R.Capa Intl. Center of Photography/Magnum Photos

Robert Capa estuvo en Toledo en varias ocasiones pero hasta ahora solo se conocía una fotografía suya localizada en la ciudad. Es la desoladora imagen de un jovencísimo miliciano en la arrasada plaza de Zocodover.

Corre el año 1936. El 18 de septiembre Robert Capa y Gerda Taro se encuentran en Toledo, junto a cientos de reporteros para cubrir la voladura del Alcázar y su posterior asalto, el cual debería ser definitivo para acabar con la resistencia en la antigua fortaleza.

No era la primera vez que pasaban por Toledo, ya lo habían hecho dos semanas antes, en su viaje hacia Córdoba, donde Capa tomaría su famosa fotografía de un miliciano cayendo al ser alcanzado por una bala.

Los sacos terreros de la fábrica Valderrivas son el punto de partida de la investigación.Los sacos terreros de la fábrica Valderrivas son el punto de partida de la investigación. - Foto: Robert Capa Intl. Center of Photography/Magnum Ph Coinciden en la ciudad  con el entonces presidente del Gobierno, Largo Caballero, quien acudía para presenciar la voladura. Ese día se encuentra en la Dehesa de Pinedo, desde donde las baterías artilleras atacan. El fuego cesa, se hace el silencio y a los pocos minutos la gran explosión cubre de escombros y humo toda la vista a la ciudad.

Taro y Capa, que habían presenciado la voladura desde los cerros cercanos, se trasladan rápidamente a las posiciones gubernamentales dentro del casco urbano, para así poder tomar imágenes del ataque. En esta incursión tomaba la hasta ahora única fotografía localizada en Toledo.

Tras ello llegaba el asalto, llevado a cabo desde dos puntos diferentes: desde el norte en la plaza de Zocodover y el hoy Museo de Santa Cruz, mandado por el comandante Germán  Madroñero, y desde el Corralillo, y las posiciones del sur mandadas por el comandante Torres, ambos de la guardia de asalto. Se consigue alcanzar el patio central de la fortaleza, después de duros combates, pero inexplicablemente se da la orden de retirada.

Un momento histórico que vive en primera persona  Robert Capa,  pero, llegado hasta aquí, ¿por qué únicamente había tomado una fotografía en Toledo? Un interrogante que supone el punto de partida de la investigación emprendida por el toledano Carlos Vega Hidalgo, a quien su pasión por la fotografía y una intensa labor de documentación, le han llevado a encontrar respuesta. Un trabajo que le ha permitido localizar en el Hospital de Santa Cruz de Toledo dos instantáneas que hasta ahora  se habían datado en Madrid, una errónea descripción que las había hecho pasar desapercibidas.

La localización ha sido posible, tal y como explica Vega, «gracias a los detalles poco llamativos» que se encuentran en las fotografías. Pequeños detalles como el nombre de la fábrica de los sacos terreros, la indumentaria de los milicianos o el arranque de una escalera, que suponen el punto de partida de este descubrimiento, que le ha llevado asimismo a identificar a los personajes que aparecen en una de las imágenes, pudiendo así  plantear una hipótesis sobre la escena que recogió Capa con su objetivo.

¿Quién es?  Detalles como los que le llevan a dar con la identidad del personaje central de la segunda fotografía de esta investigación. Una escena captada por el objetivo de Capa en la que un oficial, con los brazos abiertos, parece estar explicándose ante la mirada de milicianos y demás oficiales. Dos detalles, apenas perceptibles para el espectador poco acostumbrado, le dan los primeros indicios. Vega distingue así el emblema del Cuerpo de Seguridad en su gorra de plato, y justo debajo la estrella de 8 puntas de comandante.

«Leyendo e investigando mucho sobre aquel 18 de septiembre, se confirma que nuestro protagonista es el comandante Germán Madroñero, de la Guardia de Asalto, quien mandaba las fuerzas gubernamentales en la agrupación que asaltaría la fortaleza desde el norte después de la explosión de la mina y quien dio la inexplicable orden de retirada, una vez alcanzados el patio central de la fortaleza e importantes zonas estratégicas», explica.

Recoge Vega en su investigación testimonios de participantes en el asalto del día 18, como Sixto Agudo, que documentan la presencia de Madroñero en Toledo: «... bajo el pretexto de que la artillería iba a tirar sobre el Alcázar el comandante Madroñero mandó retirar las fuerzas...»  Pero son otros testimonios los que le conducen a plantear que lo que recoge la fotografía no es un interrogatorio, como hasta ahora se había pensado, sino algo completamente distinto. Como del diario del guardia de asalto Antonio Fernández Granados: «...una compañía de asalto y un batallón de milicias logra pasar al patio central (...) El fuego dura toda la mañana. Por los escombros han quedado muchos de los nuestros. No se sabe quién mandó la retirada, pero se logró un sitio magnífico».

Afirmaciones que junto a las de Luis Quintanilla, quien junto el comandante Madroñero alcanzó el patio y algunas alturas de escombros, explica Vega. «Habla de una falta de organización entre los milicianos que se retiraron al conocer que la artillería volvería a actuar sobre ellos», así como del fallo en la organización previa al asalto por parte de las fuerzas militares republicanas, lo cual aclara la discusión que refleja la fotografía.

Vega trabaja sobre la hipótesis de que en la discusión que refleja la fotografía, el comandante podría estar defendiéndose de las acusaciones contra él mismo por haber dado la orden de retirada de las posiciones logradas durante los combates de ese día.

Es Madroñero un personaje sobre el que en principio le resulta complicado encontrar información. Consigue localizarle en otra fotografía del Estudio Fotográfico Alfonso junto al presidente del gobierno Largo Caballero y otros oficiales en una de las visitas del presidente a la ciudad en septiembre de 1936.

Al comenzar la guerra, Madroñero se encuentra en Barcelona, es comandante en jefe de Guardia de Asalto en Cataluña.  Sin embargo, días después el jefe de las JSU toledanas durante el asedio, Sixto Agudo, sitúa ya a Madroñero en Toledo junto a las fuerzas de asalto enviadas desde Madrid,  a principios de agosto, en sustitución de las tropas que llegaron con la columna Riquelme, para sofocar la sublevación del 21 de julio.

Tras la inexplicable orden de retirada, la figura de Madroñero parece haberse esfumado.  Es complicado encontrar información sobre este personaje, aunque finalmente  consigue la confirmación documental de que se trata de Germán Madroñero López, comandante en jefe de Guardia de Asalto en Cataluña, posteriormente ascendido a teniente coronel de Infantería, al frente de la 17 Brigada Mixta y la 103 Brigada Mixta.

Dos fotografías, un personaje y una intensa labor de investigación que han permitido a este joven toledano dar respuesta a uno de los interrogantes sobre el paso de Robert Capa por la ciudad de Toledo.

**Carlos Vega es el autor del blog Toledo GCE. Una mirada 70 años después