Bunes se fija en que el Greco no incluye en sus obras ningún personaje oriental

C.M.
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El investigador de estudios internacionales del CSIC aportó una interesante línea de trabajo al advertir que el pintor sí tuvo en Toledo «una enorme prevención en cuanto a su origen»

El Greco nunca fue procesado por la Inquisición ni tuvo problemas, e incluso tradicionalmente se dice que es el pintor de la Contrarreforma, sin embargo y aparte de saber que continuó firmando con caracteres griegos hay que destacar que «sí tiene una enorme prevención en cuanto a su origen». Miguel Ángel de Bunes Ibarra, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y gran conocedor de ese tiempo, tuvo a bien aportar su experiencia con el afortunado objetivo de generar una visión con nuevos aspectos sobre un personaje que puede ser interpretado de diferentes formas. Asunto que, en el caso de este año conmemorativo, es de agradecer ya que, como él mismo consideró, «la inclusión del Greco en una sola de ellas significa el empobrecimiento del personaje».

En este punto, y puesto que desde ciertos ámbitos se está llevando a cabo una suerte de apropiación que lo contempla sólo como pintor religioso, el ponente recordó que no hay que olvidarse de otros muchos Grecos porque, al final, «estamos perdiendo al personaje».

Con estas premisas, y puesto que su intervención - ‘La Inquisición y el mundo mediterráneo en la época del Greco: Griegos y Turcos ante el Tribunal de la Santa Fe’- apostó por explicar el mundo de los griegos que se instalan en Toledo y cuales fueron sus relaciones con la fe dominante (dado que ellos son ortodoxos o pueden ser católicos del rito bizantino), Bunes sí apreció que «desde un punto de vista de la ortodoxia católica el mundo griego es un mundo, no herético, pero sí con pequeñas desviaciones», por e lo el Greco «tuvo que tener cuidado en no manifestar en ningún momento ese tipo de desviaciones».

De hecho, y desconociendo su sentimiento profundo, consideró que sobre la «prevención en cuanto a su origen y, probablemente como consecuencia de ella», es curioso contemplar que a pesar de tratarse de un pintor que aborda temas que tienen que ver con la historia antigua «es de los pocos pintores del manierismo y el primer barroco que no incluye en sus cuadros ningún personaje oriental», lo que «no es normal».

La explicación está relacionada con que «la mayor parte de los griegos procesados por el tribunal de la Inquisición, incluido el de Toledo, lo son porque se piensa que son individuos intermedios entre la cristiandad y el islam y el islam otomano».

De ahí que esta interesante visión pueda abrir las mentes ante un hombre que si bien «respeta los conceptos de la tradición eclesiástica produciendo incluso una identificación en cuanto a la religiosidad de la Contrarreforma», también fue «un pintor civil de las clases toledanas y uno de los retratistas más interesantes de la pintura española del momento». Una faceta en la que su valoración del retrato y del personaje «no está tanto en función de una ideología religiosa como sí de una ideología civil».

Destacó en este aspecto, Miguel Ángel Bunes, que si se comparan los retratos del Greco con otros que se realizan en Europa en los mismos momentos, «en estos sí hay una identificación de ideas religiosas con el retratado, cosa que el Greco en sus fondos -oscuros- jamás hace». Qué significa eso, pues que no parece justo ni inteligente apropiarse del pintor sólo por sus trabajos de temática religiosa porque también lo fue de temática civil e incluso profana, como en las vistas de Toledo.

Sobre la relación del Greco con el cardenal Niño de Guevara, el ponente consideró que existió pero no tanto por su faceta de inquisidor «como por ser cliente del mejor retratista de la época», no en vano «como personaje público buscó tener un retrato de calidad».

24 años de tradición. El rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Miguel Ángel Collado, no quiso perderse la inauguración de una cita que ha cumplido 24 años de celebración. Por ello, y ante el embajador de Israel, apostó por continuar «estrechando lazos y aumentando la proyección científica y académica hacia Israel». Esta fructífera colaboración y convivencia se sustenta en torno al «debate y al enriquecimiento a través de la ciencia y el diálogo».

En este punto, tomó la palabra Alon Bar para valorar la «consistencia e insistencia» de estar 24 años profundizando en la cultura hispanojudía y sefardí, por lo que destacó la importancia del encuentro por los beneficios mutuos en lo que a conocimiento e intercambio se refiere. Para el embajador «Sefarad es un término cultural abierto e influyente», que trasciende la herencia cultural de los judíos expulsados de España y que se centra en «valores más relacionados con la tolerancia, el diálogo y el entorno mediterráneo».