Una religiosa talaverana se incorpora de forma «perpetua» al Convento de San José

Mayte Rodríguez / Ávila
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El Convento de San José Las Madres, emblemático por ser la primera fundación realizada por Santa Teresa de Jesús, vivió el pasado sábado una jornada muy especial: una de las jóvenes que integran esa comunidad religiosa emitió su compromiso definitivo de vida con la Orden del Carmelo Descalzo bajo los votos de pobreza, castidad y obediencia. La hermana Raquel María del Buen Pastor protagonizó la ceremonia llevada a cabo a media tarde en la iglesia del citado convento, donde se desarrolló la liturgia propia de la profesión perpetua o solemne de la joven en el transcurso de una eucaristía a la que acudió un buen número de fieles. Entre ellos, los padres, hermanos y abuelos de la religiosa, natural de Talavera, que ingresó hace cinco años en la comunidad. «Después de este tiempo de formación, emite su compromiso definitivo», explicó el padre Miguel Márquez, provincial de los Carmelitas, que fue el encargado de presidir la misa, concelebrada junto a una docena de sacerdotes. «Con ella, son dieciocho las hermanas que forman la comunidad », añadió en declaraciones a

este diario.

Debido al régimen de clausura en el que viven las religiosas de San José, la hermana Raquel María del

Buen Pastor estuvo presente en la ceremonia sin ser vista. Ella se encontraba al otro lado de la verja que separa la iglesia del convento junto al resto de las religiosas, que pusieron la nota musical a la ceremonia. De hecho, ella estuvo muy presente en todo momento, ya en los primeros minutos de la eucaristía pudo escucharse su voz y, después de la homilía, cuando contestó a las seis preguntas que fue formulándola el religioso que presidió la ceremonia, a través de las cuales manifestó su voluntad de ingresar definitivamente en el Convento de  San José respondiendo ‘Sí, quiero’ a cada uno de los interrogantes. Aunque no pudieron verse por las restricciones que impone la clausura, la ceremonia estuvo marcada también por dos gestos repletos de simbología: el abrazo que la hermana Raquel recibió por parte del resto de las religiosas de la comunidad en señal de bienvenida y la imposición del velo negro. Durante la homilía, el padre Miguel Márquez repitió una idea: la clausura no es incompatible con la libertad si la vocación es verdadera. «Lo que ha decidido es ser libre para que la suya sea una vida que dé luz al mundo», dijo.