Alerta en Taller del Moro

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Francisco Rojas denuncia la falta de cumplimiento de la normativa de protección del Taller del Moro ante la construcción de «una ostentosa escalinata y una inútil caseta cúbica» en el adarve de entrada al edificio

Las obras de mejora del inmueble del Taller del Moro -presente en el  Catálogo de bienes y espacios protegidos del POM de Toledo, con categoría de monumento y  protegido por el PECHT- están siendo objeto de crítica. La denuncia, firmada por Francisco Rojas, evidencia que la construcción de la nueva planta que se está ejecutando (un cubo de más de 3x3x3 metros) pudiera incumplir al estar este bien sujetos a un nivel de protección en el que «sólo se admiten las obras de restauración y conservación que persigan el mantenimiento y refuerzo de los elementos estructurales, así como las mejoras de las instalaciones del inmueble».

Pues bien, ante la falta de explicaciones del arquitecto responsable de los trabajos, el creador fundador del Grupo Tolmo, ha remitido un escrito al Ministerio de Cultura, organismo bajo cuya tutela está el monumento, para criticar una actuación -con una caseta, un salva escaleras y unos aseos -que «carece de la más mínima reflexión urbana y arquitectónica» que, además, afecta «negativamente de forma objetiva a la contemplación del bien», aspecto que está protegido por la delimitación de entorno protegible.

No en vano la construcción cúbica junto al muro medianero al que le sobrepasa un metro por encima se ubica frontalmente, rompiendo la secuencia de acceso y quitando protagonismo y vistas al portón de entrada. Además, explica Rojas, la instalación de dicha caseta «se ha cimentado con hormigón sobre restos aparecidos de muros romanos», ha propiciado «la tala de seis árboles (el más importante un ciprés centenario)» y ha «enterrado una fábrica romana para conducción de aguas, en línea con el citado muro medianero, donde apareció un basamento marmóreo».

Conocedor de los procedimientos administrativos y, por ello, apreciando que Cultura pudiera amparar esta actuación «en la mejora de las instalaciones del inmueble se estuvieran acometiendo dichas obras de nueva planta», aclara Rojas que el concepto de instalaciones no es ambiguo, «ya que se refiere única y exclusivamente a aquellas unidades de obra que tienen por objeto el confort y la salubridad, la climatización, el abastecimiento de energía, el suministro de agua y su evacuación», lo que «no es el caso de esta obra».

Sobre la traza urbana medieval, recuerda el denunciante que el adarve de entrada al Taller del Moro fue en su día parte de una calle (denominada callejón de las vacas) que conectaba con el hoy nombrado como callejón del alarife. En este sentido, «la construcción de nueva planta ocupa parte de lo que en su día fue el trazado urbano medieval», asunto no desdeñable «ya que en la ciudad de Toledo si hay algo que la hace singular y le confiere una identidad única es el espacio público urbano».

¿374.308 euros para una caseta de tickets?. Francisco Rojas considera, por todo la anterior y a la vista de que desde el Gobierno se alude a la falta de presupuestos para desarrollar proyectos de carácter cultural y patrimonial, que «una caseta de tickets no justifica una obra de rehabilitación, ni debería hacer tanto daño» ya que «hubiese bastado con un simple mostrador en el interior para solucionar este asunto menor, solución que no multiplica por dos el personal necesario (dentro y fuera)».

Sobre los usos del Taller del Moro tras su rehabilitación, y preguntado el subdirector general de Obras, Amando Cuellas, durante la presentación del proyecto sobre el contenido museístico del edificio, contestó que el «el edificio tiene la suficiente potencia para expresarse por sí mismo», y por eso está llamado a «ser museo de sí mismo». Esto es, el espacio no cuenta con ningún tipo de programa funcional, lo que no augura un feliz futuro para un inmueble que, debido a la improvisación, lleva cerrado demasiados años. Por supuesto, nada se sabe de la posibilidad de acceder a la contemplación de los restos aparecidos durante al excavación realizada en 2007.

En este punto, sabedor Rojas de que sin un contenido definido este tipo de bienes acaban cerrando hasta más ver, invita a los responsables a plantearse «la recuperar la función primitiva del Taller del Moro como sala de recepciones del Palacio de Fuensalida con entrada desde el jardín. Lo que unido a «un programa de representación del arte y la cultura contemporánea de Castilla-La Mancha», serviría para «devolver la visibilidad al pensamiento creativo de esta región, hoy exiliado y en olvido por quienes han ocupado tan digno lugar».