«Aquí no hay una guerra, pero no pueden llamarnos ilegales»

Javier D. Bazaga
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Mar Romero es periodista especializada en gastronomía y vinos y se manifiesta castellano-manchega por los cuatro costados. Actualmente es la vicepresidenta de la Academia castellano-manchega de la Gastronomía, presidida por José María San Román

Mar Romero, vicepresidenta de la Academia Castellano-Manchega de la Gastronomía. - Foto: JUAN LAZARO

¿Qué es la Academia de la Gastronomía?

La Academia de Gastronomía de Castilla-La Mancha se creó en el año 95 para defender a todo el sector agroalimentario y sus productos, toda su historia, costumbres y herencia gastronómica que tenemos en cada una de las provincias de Castilla-La Mancha.

¿Por qué una academia y no una asociación o grupo?

Por aquel entonces ya existía la Academia de Gastronomía de España, que aún no había recibido el título de Real como sí es ahora. Se creó como otras tantas academias regionales como la de Andalucía o Aragón. La idea era formar parte de esa Real Academia nacional, como ha sido hasta ahora, que engloba a todas las españolas con un carácter más académico y científico.

¿Nació con la necesidad de defender esa cultura gastronómica de la región y como elemento de identidad cultural?

Todo. La gastronomía tiene ese componente cultural y ese elemento histórico y de tradición. Por supuesto que a la Academia siempre le ha preocupado la nutrición y la salud, pero hay una historia y una herencia que tenemos con la gastronomía vinculada al territorio.

¿Y cuáles diría que son las señas de identidad de la gastronomía de Castilla-La Mancha?

Lo primero esa tradición de las tres culturas que son nuestra historia, la judía, la árabe y la cristiana, y además el vínculo gastronómico que vemos, sobre todo ahora que llega la Navidad, de los dulces. Después tenemos esas generaciones de antepasados que nos han enseñado a cocinar con los productos de la tierra, entre los que tenemos productos únicos como el azafrán, el aceite de oliva virgen extra, o la tradición histórica del mazapán en Toledo. Además tenemos una cadena agroalimentaria de pequeños productores que están haciendo cosas muy grandes como la producción del pistacho que nos vincula enormemente al campo.

Entonces si le pregunto que a qué sabe Castilla-La Mancha no podríamos quedarnos con una sola cosa.

No. Hay mucho que contar.

¿Cree que en Castilla-La Mancha tenemos una dieta saludable?

Cada vez más. Tenemos productos muy saludables como el aceite,el vino. Y estas nuevas generaciones tenemos una mayor conciencia de cómo tenemos que cocinar, de una diferente manera a como se cocinaba antes que, por cierto, antes también era muy saludable con los tiempos y las cocciones. Ahora la gente se quiere cuidar más y tenemos que aprovechar los productos de la tierra.

¿Nos parecemos a lo que comemos?

Nos parecemos y somos lo que comemos. Afortunadamente tenemos cada vez más alimentos reconocidos por esos reconocimientos como las denominaciones de origen o las indicaciones geográficas protegidas, y esa es la defensa que tenemos en los productos castellanomanchegos contra otros que no lo son, o contra las imitaciones, como las del queso manchego que es uno de los productos más imitados del mundo.

La nueva Junta Rectora se constituyó en julio de este año, ¿Cuáles son los objetivos de la Dirección en esta nueva etapa?

Los objetivos son tener actividades periódicas durante todo el año para una mayor defensa del sector agroalimentario, de los productores, de sus productos, de las materias primas y la difusión de las mismas. Para ello trabajaremos con las asociaciones de productores, empresarios y con todo el que pueda contribuir a esa difusión en cada una de las cinco provincias.

Cuáles son las líneas de actuación o actividades previstas para alcanzar esos objetivos.

Tendremos actividades como conferencias con diferentes expertos. Para el primer trimestre ya estamos viendo alguna de estas conferencias y algún concurso de cocina, pero aún tenemos cosas que concretar.

Justo antes del verano se produjo la salida del anterior presidente de la Academia, el Marqués de Griñón, ¿Qué pasó?

Hasta donde yo sé, el actual presidente José María San Román y yo somos nuevos, hubo una decisión unilateral por parte del presidente anterior de abandonar la Academia. Parece que por los años de crisis llevaba tiempo sin mucha actividad y un miembro de la Junta Directiva se reunió con el presidente para retomar la actividad. El presidente, junto con Rafael Ansón, ya había decidido hacer otra academia.

Eso nos parece muy lícito, lo que no nos parece normal es que a esa academia la llamen legal y a ésta no. La Academia castellanomanchega de Gastronomía es ésta. Es lo que ha habido hasta ahora, constituida en el año 1995.

¿Cuál es la diferencia? ¿Solo el tiempo que hace que se constituyó?

Mi profesión es periodista especializada en gastronomía y vinos, y soy castellanomanchega por los cuatro costados. Me llaman para pertenecer a esta academia y respondo que encantada para hacer esa defensa de los productos en la parte que yo pueda colaborar.

Con respecto a la otra academia entendemos que todos podemos estar. A nosotros nos encantaría poder seguir formando parte de ese paraguas que ha sido siempre la Real Academia de la Gastronomía de España, pero si no es así no pasa nada. Nosotros vamos a seguir con las funciones que hemos tenido siempre y por las que se constituyó.

Insisto, la creación de esa nueva academia nos parece muy lícita, pero no entendemos que una sea legal y la otra ilegal. Primero porque está constituida y en el registro de asociaciones desde el año 95,  y segundo porque está reconocida y considerada por todas las instituciones de Castilla-La Mancha. No entendemos que se diga que somos ilegales.

Pero puede haber trato de favor

Que Rafael Ansón decida si estamos dentro o no como presidente de la Real Academia de Gastronomía entiendo que es una decisión que tendrá que tomar él, pero yo hablo en nombre de esos 50 académicos que no entienden que ahora sean ilegales. Es una decisión unilateral. A mí sí me extraña que se hayan podido llamar academia habiendo una, pero bueno, en eso no entro.

Nuestro mayor objetivo es que esta Academia siga con actividades, se refuerce aún más y haya savia nueva con la que la gente tome partido. Al castellanomanchego de a pie le interesan poco estas cuestiones, le interesa más que se haga una defensa de la gastronomía.

¿Puede esta doble representación perjudicar esa defensa de los intereses de la gastronomía? ¿El hecho de que existan dos academias puede hacer que se desdibuje el mensaje?

Creo que no. Cuantas más asociaciones haya en una comunidad para defender sus productos creo que es beneficioso. Aquí no hay una guerra. Simplemente esta Academia ha existido siempre, con 50 académicos que no entienden que tengan que dejar de serlo. A nosotros nos encantaría que todos fuéramos de la mano.