Un músico toledano con espíritu juvenil

José María Domínguez*
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Luis López de la Torre falleció en Burguillos el pasado 10 de mayo. Contribuyó a crear ciudad, región y Europa a través de la Banda que fue también una escuela de disciplina y amistad para muchos toledanos unidos por la afición a la música.

En 1668 un grupo de diez músicos de Toledo (por entonces llamados ‘ministriles’), se pusieron de acuerdo por vía notarial en «poner y asentar compañía para que entre todos diez sirvan las fiestas que se ofrezcan dentro y fuera de esta Ciudad». Tres siglos después, en 1986, la corporación municipal presidida por Joaquín Sánchez Garrido seguía siendo consciente de la necesidad de una compañía formada por toledanos, ahora llamada banda, que sirviera en las fiestas de dentro y fuera de la ciudad.

Cierto es que existía una Banda Municipal pero estaba constituida sobre todo por músicos de la Academia de Infantería.  Por eso el Ayuntamiento decidió impulsar una escuela y Banda Juvenil que funcionase como cantera civil de aquella otra. Luis López de la Torre y Herrera fue la persona elegida para hacer realidad este proyecto, que defendió durante casi veinte años con pasión y espíritu de servicio a la ciudad de Toledo. Dado que el concejal de festejos, a la sazón Juan José Pérez del Pino, tenía su despacho en las oficinas de la Posada de la Hermandad, se habilitó el salón inferior como sede de la nueva agrupación, que reunió entre treinta y cuarenta jóvenes aficionados. Allí se ensayaba cada miércoles por la tarde, mientras que las prácticas para aprender a desfilar se hacían en la plaza de toros. Pérez del Pino fue el auténtico impulsor de la Juvenil con la que siempre contaba para los pasacalles que el edil organizaba la víspera del Corpus, verdaderos encuentros en los que diez bandas, una cada diez minutos, llenaban de pasodobles y marchas ligeras la carrera procesional.

Luis López de la Torre nació en Burguillos. La música fue siempre su vida: músico militar, en los años 70 trabajó como manager de los Siul-Saxo ‘la orquesta favorita de todos los públicos’ que muchos recuerdan amenizando los guateques del camping del Ángel. Don Luis la presentaba como ‘reina de los ritmos modernos por su alegría y dinamismo’. Fue también director de la banda municipal de La Puebla de Montalbán pero sin duda puso en la Juvenil su mayor empeño. El concierto de presentación tuvo lugar el 16 de enero de 1987 en el auditorio de la Caja Rural. Actuó año tras año en la cabalgata de reyes, las procesiones de Jueves y Viernes Santo, víspera del Corpus y en los últimos años también en la propia procesión, romerías marianas de primavera, el pasacalle anunciador de la Feria y Fiestas de Agosto así como por Santa Cecilia. Eran habituales los conciertos en el templete de la Vega, con la selección de pasodobles, zarzuelas y el obligado Himno a Toledo del maestro Emilio Cebrián cantado por los jóvenes músicos.

Pero la Banda fue también, gracias a las gestiones de su director, embajadora de Toledo fuera de la ciudad, al igual que aquellos ministriles del siglo XVII. Actuó en el Festival de Pozocañada (Albacete) en 1989, en las fallas de Algemesí en 1990 y en las de Alzira en 1991; tocó en la Semana Santa de Cuenca en 1992 y en numerosos encuentros regionales de bandas por toda Castilla-La Mancha, así como en procesiones y fiestas locales de muchos pueblos cercanos. La coordinación con la Asociación para las relaciones interciudades ‘Alfonso X el Sabio’ posibilitó el viaje de los juveniles a las hermanadas Aquisgrán (diciembre de 1990 y de nuevo en agosto de 1999) y Agen (en Francia, septiembre de 1994). Luis López de la Torre contribuyó a crear ciudad, región y Europa a través de la Banda que fue también una escuela de disciplina y amistad para muchos toledanos unidos por la afición a la música. Perpetuó en realidad una tradición ancestral  y, en el fondo, una necesidad: la de unir la música con la fiesta, religiosa o profana que sea, con ese espíritu alegre y dinámico que siempre le caracterizó. Falleció en su Burguillos natal el pasado 10 de mayo, a los 78 años de edad. Fue enterrado al día siguiente después de que muchos de los que aprendimos con él tocáramos en su honor con emoción su última marcha. Que la tierra le sea leve.

*José María Domínguez es profesor del Máster en Musicología de la Universidad de La Rioja.