El 73,2% de las empresas de la región forma a sus trabajadores

S.L.H. / Toledo
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Sin embargo, sólo el 21,8% de las empresas detectan necesidades formativas entre sus empleados, ocupando CLM el último puesto nacional y lejos del País Vasco (37,2%)

Desde hace varios años se está analizando, en mayor profundidad, la importancia de la formación entre el colectivo de parados, al ponerse de manifiesto que se trata de un factor determinante, tanto en el mantenimiento del empleo, como en el éxito en la búsqueda del mismo. A raíz del Real Decreto-Ley 4/2015, de 22 de marzo, para la reforma urgente del Sistema de Formación Profesional para el Empleo en el ámbito laboral, se analiza la importancia de la educación continúa entre los ocupados y las competencias que las empresas consideran más relevantes de tal forma que los cursos que se diseñen a partir de ahora estén orientados, entre otros objetivos, a mejorar la empleabilidad de los trabajadores y a competitividad de las empresas.

En los últimos años, como evidencia el Avance del Mercado Laboral, elaborado por Asempleo-AFI, se ha producido un aumento progresivo del número de ocupados que cuenta con una alta cualificación, en detrimento de aquellos que sólo han completado una formación básica. A finales de 2014, algo más del 40% de los ocupados en España tenía un título de Educación Superior.

Además de la formación de partida, resulta también importante actualizar las aptitudes de los trabajadores. El pasado año, sólo lo hizo el 11,1% de los ocupados, siendo más frecuente entre los trabajadores que cuentan con un alto nivel de cualificación, que entre los que lo tienen menor. Un hecho que pone de manifiesto que el reciclaje es más relevante entre los que están más formados.

beneficia trabajar en una empresa grande. Atendiendo a las características de la empresa, se detecta que cuanto mayor es su tamaño, mayor es el porcentaje de las que detectan necesidades formativas y desarrollan cursos entre sus trabajadores. Según la Encuesta Anual Laboral de 2013, elaborada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, que acaba de publicarse, el 67,5% de las microempresas (entre cinco y nueve trabajadores) realizaron cursos, mientras que en las grandes compañías (más de 499 trabajadores) ese mismo porcentaje se elevaba hasta el 99,6%. La reciente reforma de la formación para el empleo pretende, precisamente, incentivar la formación continua entre las primeras, pues representan más del 90% del tejido empresarial y emplean a otro tanto de ocupados.

Es el caso de Castilla-La Mancha, cuyo tejido empresarial está compuesto mayormente por microempresas. Según la citada Encuesta Anual Laboral el 73,2 por ciento de las mismas proporcionaron formación a sus empleados en 2013 (último año analizado), mientras que el 26,8% restante no llevó a cabo ningún curso formativo ese año.

Limitaciones de las empresas.

La dificultad de financiación de la formación (acceso a ayudas o subvenciones públicas) y la escasez de tiempo de los empleados con motivo de la elevada carga de trabajo se perfilan como los aspectos que más limitan la formación continua en la empresa. Respecto al segundo aspecto, la reforma recientemente aprobada pretende impulsar la tele-formación, aprovechando el grado de penetración y uso de las nuevas tecnologías en las empresas, para solventar este problema, aunque según los últimos datos disponibles de la Fundación Tripartita, correspondientes a 2013, apenas representa el 12,2% de las acciones formativas realizadas.

Donde se detectan más necesidades formativas no es donde existe un mayor porcentaje de ocupados con alto nivel de formación. Las empresas existentes en estas regiones valoran más la formación de sus trabajadores y, por lo tanto, también su reciclaje formativo, de ahí que desarrollen también más cantidad de cursos de formación entre sus empleados. La alta cualificación requerida en estos puestos de trabajo y el interés por estar actualizado formativamente son algunos de los motivos que pueden estar detrás de este comportamiento.

Hay que advertir también que estas regiones son, por otro lado, las que soportan un menor nivel de paro o mayor permanencia del empleo. En este sentido, es destacable el caso del País Vasco, ya que se trata de la comunidad autónoma que más consciente es de la importancia de la formación continua entre sus trabajadores y también la más ágil al detectar una carencia formativa entre sus empleados y solventarla con la impartición de cursos.

En Castilla-La Mancha, sólo el 21,8% de las empresas detectan necesidades formativas entre sus empleados, ocupando el último puesto nacional y lejos del País Vasco (37,2%). Cabe destacar, no obstante, que el 96,8% de las empresas castellano-manchegas que sí detectaron necesidades formativas entre sus empleados ofrecieron, finalmente, formación a los mismos para solventar esa deficiencia.

Respecto a las competencias  en las que se formaron los trabajadores castellano-manchegos, destacan la mejora del trabajo en equipo, cursos de atención del público y de trato a clientes; y formación administrativa de oficina.