El color rojo, las tres hebras juntas, la campana de la punta y el crujido tras el tueste identifican a un azafrán de calidad, como el de la Denominación de Origen Protegida de La Mancha, el mejor del mundo. La campaña de recogida arranca entre mediados y finales de octubre y se extiende durante dos semanas, por lo que se está en pleno proceso: recolección, monda y tueste. En este periodo de tiempo, decenas de familias de la provincia incorporan un complemento económico a sus economías con la recolección de esta especia tan apreciada y de tan delicado proceso. El kilo cuesta entre 2.500 y 3.000 euros.

Alrededor del 30 por ciento de la producción de azafrán en Castilla-La Mancha está incluido en la Denominación de Origen Protegida de La Mancha, a tenor de los datos del Ministerio de Agricultura, que cifra en unos 1.500 los kilos recogidos de esta especia el año pasado.

La DOP Azafrán de la Mancha defiende el sello de distinción de la producción de las provincias manchegas desde el año 2001 y, actualmente, están censados alrededor de 500 agricultores de 70 municipios que recogieron el año pasado 476 kilos. «Nuestra idea es ir creciendo. De hecho, los agricultores están empezando a creer y a tener confianza», aseveró ayer Antonio García, presidente de la Fundación del Consejo Regulador.

La exportación del producto supuso la campaña pasada una salida de en torno al 80 por ciento de la cantidad recogida. «El azafrán de la Denominación de Origen La Mancha es muy desconocido en España y no se consume. Si en zonas como el Levante se usase como un condimento para paellas, haría falta azafrán. Una de las paradojas que nos encontramos es que debemos promocionar la especia entre los consumidores y los cocineros españoles», advirtió el gerente de la DOP, Pedro Pérez, sobre uno de los retos preferentes.

problemas de ventas. García lamentó que la entrada en vigor de la normativa el próximo 13 de diciembre que obliga a poner la procedencia del producto haya motivado que la competencia «esté limpiando» los almacenes a precios muy bajos. Por ello, detalló que la DOP Azafrán de la Mancha, uno de los clientes de los agricultores, todavía tiene producción pendiente de venta de la campaña pasada. «Esperamos que antes del 31 de diciembre se solucione el problema», indicó el representante del sector.

Respecto a la competencia, el presidente aseveró que vigilan que se cumpla la normativa. «El mejor azafrán del mundo es el azafrán de La Mancha. Nos tenemos que ceñir a prestigiar la marca. Eso es lo que nos ocupa. El resto son fraudes», dijo. La producción manchega acaba en mercados internacionales como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y países árabes.

El proceso de aseguramiento de la calidad del azafrán de La Mancha pasa por cuatro etapas. La primera es la inscripción en el consejo regulador, antes de la inspección de una empresa independiente. Posteriormente, llega la calificación -se hace en el mes de noviembre-, que este año consistirá por primera vez en la toma de muestras para garantizar que cumple el pliego de condiciones. En caso negativo, el Consejo Regulador de la DOP no sellará la marca de conformidad de los envases. A este respecto, las empresas envasadoras se someten también a un control. «Cuando un azafrán sale al mercado con nuestra marca de calidad, se garantizan todos los procesos», recalcó el gerente.

recolección manual. La DOP Azafrán de La Mancha defiende la continuidad de la recogida manual del azafrán ante la incorporación al mercado de maquinaria especializada en el cultivo. «En un futuro, si se hacen los estudios y se demuestra que esa forma de recoger no afecta al azafrán, pues perfecto», comentó a los medios el gerente.

Esta marca de denominación de origen se plantea próximamente extender la posibilidad de la incorporación al sello a toda Castilla-La Mancha, porque actualmente está limitada a más de un centenar de poblaciones.

La DOP Azafrán de La Mancha es la única especia de esta naturaleza que dispone, en el ámbito nacional, de este reconocimiento de calidad. Este sello distintivo reconoce también a un total de siete envasadoras de azafrán localizadas en diferentes poblaciones de Castilla-La Mancha, tales como Camuñas, Albacete, Minaya (Albacete), Alcalá del Júcar (Albacete), Lezuza (Albacete) y Motilla del Palancar (Cuenca).

De este modo, en la provincia de Toledo sólo se encuentra Azafranes Layra. Recientemente, en el pasado mes de septiembre, la Denominación de Origen decidió reducir considerablemente la tasa para la incorporación de envasadoras, puesto que se pasó de 2.500 a 500 euros.