El Greco más crítico

I.P.Nova / Toledo
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El profesor David García investiga las anotaciones de El Greco en un manual artísitico de Vasari.

El Greco, Vasari y Miguel Ángel Buonarroti. Tres estrellas de universo artístico mundial formaron ayer una maravillosa constelación académica de la mano del profesor David García López . El licenciado en Historia del Arte desentrañó en la Casa-Museo El Greco uno de los textos claves de Giorgio bajo un prisma completamente diferente. La conferencia, que llevaba por título los nombres de los tres genios, descubrió una copia única de un tomo de Giorgio Vasari en el que el pintor cretense toma notas sobre las figuras y artistas que se argumentan entre sus páginas, entre ellas el idealizado Miguel Ángel Bounarroti.
Un Greco, crítico con el arte del renacimiento y defensor absoluto de su Escuela Veneciana, apareció ayer gracias a la charla de García López. Entre las anotaciones al margen del libro de Vasari, Vidas de arquitectos, pintores y escultores (1550 y 1568), el cretense deja ver su faceta más reivindicativa. «Defiende el arte liberal. Él había pasado por la Escuela Veneciana y en Roma se presenta como alumno de Tiziano», explica el profesor de la universidad de Murcia. 
El Greco marca el punto diferenciador en su faceta crítica, al igual que lo hace en la artística, durante todas estos apuntes que ayer se desgranaron. «Vasari corona a Miguel Ángel como el gran artista de todos los tiempos. Pero El Greco, aunque lo admiraba mucho, no le tenía en tan alta estima», explica el conferenciante recordando cómo al mismísimo Francisco Pachecho, suegro de Velázquez, le dice que Miguel Ángel Buonarroti era «un buen hombre que no sabía pintar». A pesar de declaraciones como esas David García defiende que sí admiraba mucho su faceta artística e incluso le seguía en algunas de sus ideas artísticas. «Él era de otra escuela. En contrapunto a la forma Florentina de Bounarroti, él tenía una pintura Veneciana mucho más aérea, con más importancia a la luz y al color», argumenta. En esta defensa a sus orígenes, El Greco incluso llega a criticar en sus anotaciones el hecho de que Vasari tenga en menor estima a Tiziano, «a su gusto, la pintura de Miguel Ángel le parece demasiado seca». 
 
Fortuna crítica. Aunque Vasari no coincidiera en el tiempo con el gran pintor cretense sí es cierto que su visión universal ha sido muy diferente a la que actualmente se tiene de él. «La fortuna crítica de El Greco es apasionante y singular», introduce el profesor.
Y es que, aunque Pacheco u otros pintores de la época sí valoran la figura del pintor, hubo muchos siglos detrás en los que El Greco quedó en segunda estima. «El Greco hace una pintura muy diferente a la que estará de moda en el Barroco. Se le denomina un pintor extravagante. Pero se le vuelve a empezar a considerar a finales del siglo XIX», concreta García recordando que el mismísimo Picasso se queda encandilado de la última etapa de El Greco y la descomposición de las formas. «Lo extraordinario de El Greco es que vuelve al panorama cuando, por toda Europa, se le vuelve a exponer con los vanguardistas. Exponen pinturas de El Greco alado de los vanguardistas», alaba. Pero los tiempos de El Greco llegaron a ser incluso de mofa. «Aunque no lo podamos creer se han encontrado notas de conservadores del Museo del Prado a principios del siglo XIX en los que se llamaban mamarrachos a los cuadros de El Greco y se decía no saber que hacer con ellos y tenerlos guardados en sus almacenes sin ninguna finalidad», concluye David García.