Bale, ante su último tren en el Real Madrid

SPC
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El galés tiene que demostrar su valía una vez que Cristiano Ronaldo ha dicho adiós

Por azares del destino, Gareth Bale se encontró con lo que quería, galones de estrella en el Real Madrid, y ahora le corresponde a él confirmarlo. 

Fue el pasado 26 de mayo cuando vivió la noche más singular de su carrera. Para enorme decepción suya, comenzó la final de la Champions ante el Liverpool en el banquillo, salió en la media hora final y definió el título continental gracias a un memorable gol de chilena y otro tanto más que le valieron el reconocimiento de MVP del partido. 

Minutos después, y todavía en el campo, sugirió su adiós al bloque blanco al manifestar: «Obviamente, tengo que jugar todas las semanas, siempre lo he querido hacer y necesito más minutos. Si no puedo hacerlo aquí, tengo que pensar en mi futuro». 

Pero hubo quien decidió su destino por él y fue Cristiano Ronaldo. El adiós del portugués sirvió en bandeja, no solo su decisión de continuar, sino la de sus dirigentes, quienes seguramente tenían pensado ya otro equipo para él, y a precio de oro. 

Ahora mismo, Bale está llamado a ser parte de la solución al problema generado por la marcha de ‘CR7’. Pero solo será solución si exhibe su mejor nivel. Atendiendo a su trayectoria, existen muchas dudas. Y la primera tiene que ver con el físico, con su fama de jugador de cristal. En las cinco temporadas que lleva en el Real Madrid, nunca alcanzó los 50 partidos. A cambio, redondeó una asombrosa cifra de 25 lesiones.