Hace tres años señalaba usted que era el momento de buscar nuevos yacimientos turísticos y que el sector estaba aguantando la crisis gracias al esfuerzo numantino de los empresarios. ¿Se ha avanzado algo? ¿Cómo definiría la situación actual en la provincia?
En promoción turística hemos dado un paso atrás, a nivel regional sobre todo. Antes había un organismo, el Instituto de Promoción Turística, que se encargaba de las labores de promoción genéricas para la Junta, hoy en día ha desaparecido, y no hay ningún otro organismo que lo haya sustituido en esas labores. Aunque en alguna ocasión no estábamos muy de acuerdo con lo que hacía, porque lo hacía muy de espaldas a los empresarios, el que no exista ningún otro organismo, o entidad regional, que se dedique a la promoción turística en esos términos, supone un paso atrás.
¿Y en lo que se refiere a la ciudad de Toledo?
El Ayuntamiento tiene los medios que tiene, en términos de promoción turística, y hace lo que está a su alcance. Y los empresarios estamos donde estamos.
Lo poco de promoción turística que se hace en Toledo, lo está llevando a cabo el Convention Bureau, dependiente de la Cámara de Comercio y que forma parte a su vez de la Fundación Toledo Ciudad de Congresos. En ella en principio estábamos representadas las organizaciones empresariales, la Junta de Comunidades, la Diputación y el Ayuntamiento; de ella partía el Convention Bureau en el que están aproximadamente 70 empresas, que aportan dinero y que se dedican fundamentalmente, a través de ese organismo, a tratar de captar turismo de reuniones y congresos para la ciudad, y por extensión se hace promoción del turismo generalista.
La Junta decidió retirarse de todas las fundaciones, y estamos esperando que, de alguna manera, si no como patrono de la Fundación sí como colaborador, vuelva a formar parte de esta Fundación Toledo Ciudad de Congresos. Asimismo estamos en trámites de buscar algún patrono financiero, que sustituya a la desaparecida también Caja Castilla La Mancha, que está como está, y esperamos que la Diputación decida continuar como patrono.
En cuanto a los empresarios del sector hostelero, ¿cómo está llevando esta situación?
En general, cuando comenzó la crisis, la hostelería aguantó mejor que otros sectores en términos de mantenimiento de puestos de trabajo, pero llegó un momento en que la crisis nos alcanzó como a todo el mundo. Ahora mismo el sector está atravesando por un momento muy complicado; se están destruyendo muchos puestos de trabajo, se cierran establecimientos... Tan sólo en los últimos tres o cuatro años se calcula que se han cerrado más de 20.000 bares en España, según los datos de la Federación nacional.
¿Se resiente en la misma medida el establecimiento que vive del turismo y el que no?
Es cierto que las visitas de turismo extranjero, en general en España y también en Toledo, han experimentado un repunte. En ciudades como Toledo seguimos manteniendo un nivel bueno de visitas, sobre todo en esos momentos importantes que tenemos a lo largo del año, como son Semana Santa y el Corpus, pero con un nivel de gasto medio por persona mucho más bajo que hace unos años.
Antes la persona que estaba dispuesta a ir a comer a un restaurante a la carta, hoy busca un menú; el que venía a un hotel de 4 estrellas, hoy busca la oferta y el encontrar una habitación mucho más barata; el que antes comía de menú, hoy busca un bocadillo… Ese nivel de gasto medio está más bajo que otros años y es lo que hay que intentar recuperar.
La situación económica es mala para las empresas y también para las administraciones, pero en esta época hay que creer que el turismo puede, tiene, debe y va a ser uno de los motores que nos van a sacar de este callejón económico en el que estamos metidos.
No es tiempo de quedarse en la Puerta de Bisagra esperando a que vengan los visitantes. Es tiempo de salir a buscarlos, en busca de nuevos mercados, a afianzar los que ya tenemos, y a contar por ahí la ciudad que tenemos, que es muchísimo más importante de lo que nos creemos.
Hay veces que hasta a los propios toledanos nos cuesta creernos la ciudad que tenemos, llena de fortalezas a nivel turístico que hay que desarrollar, para que nos ayude a salir de la crisis económica a toda la ciudad. No sólo al sector que vive del turismo, sino a toda la ciudad.
¿Cree que alguien se ha quedado en la Puerta de Bisagra esperando?
Tenemos asignaturas pendientes todos. Los empresarios tenemos que seguir trabajando en mejorar nuestras instalaciones, ganar en competitividad y en calidad de los servicios. Aunque el sector ha dado un salto tremendo, nos quedan cosas por hacer.
Las administraciones son las que tienen la competencia en materia de promoción turística, las que tienen los fondos y las que tienen que tomar esas decisiones para seguir trabajando en colaboración con los empresarios.
Desde la consejera a la presidenta, no paran de decir que el turismo es una de las patas estratégicas de la región y un sector que hay que cuidar. Y efectivamente, hay que seguir cuidándolo y demostrarlo;hay que seguir protegiendo el turismo e intentando que zonas tan importantes como Toledo, sigan creciendo.
Afortunadamente la Catedral sigue estando aquí y sigue habiendo mucha gente que viene a verla, pero también hay que intentar que venga gente nueva, que se encuentre a gusto en la ciudad; es necesario poner la ciudad al ritmo de las visitas turísticas.
Sé que hay toledanos a los que no les gusta eso de tener la calle Ancha invadida de grupos de turistas que andan por todos sitios, pero somos los primeros que nos tenemos que convencer de que el turismo es una fuente de riqueza.
¿Cómo se debe establecer esa sintonía con el turismo?
Por ejemplo con los detalles. El empresario se tiene que ocupar de que su establecimiento preste unos servicios de calidad y atención suficientes para que el visitante se vaya contento. Pero también es siempre importante que el visitante se encuentre con un taxista que le sepa atender en inglés y que le lleve amablemente donde quiera; o con un policía municipal que le atienda en su idioma y sepa hacerle la estancia más agradable. Ese es el trabajo que tenemos que hacer.
Una de las actuaciones se puso en marcha con el objetivo de ayudar al sector a planificar con suficiente antelación sus ofertas, fue la agenda cultural y de eventos. ¿Cree que está dando resultados?
A priori es muy importante tener planificada una agenda cultural y de eventos en la ciudad, tanto para quien viaja, como para el sector. No hay que parar de desarrollar actividades culturales paralelas. En este sentido, ahora estamos afrontando una que puede y debe ser importante para la ciudad como es el centenario del Greco en 2014; un evento que tiene que dejar poso en la ciudad.
Todos tenemos claro que hay que colaborar para que esa celebración sea magnífica y llame a mucha gente, pero no sólo eso, sino ese evento deje poso, y con esa inercia que va a dar el 2014 podamos llevarlo hasta 2015, 2016 y años siguientes.
Todo suma y es muy bueno para dar la imagen de una ciudad que está viva y que no sólo enseña piedras, sino que también es una ciudad dinámica.
En el marco de la conmemoración IV Centenario del Greco se planteado dotar a la celebración también de una vertiente gastronómica. ¿Participa en ello la Asociación?
Estamos trabajando en una línea de actividades gastronómicas, una propuesta gastronómica igual que cuando hubo la exposición de Carolus. Paralelamente la Sociedad de Eventos Culturales del Greco 2014 está trabajando también en una actividad gastronómica, podríamos decir de mayor altura, para traer a grandes maestros de la gastronomía, para que ellos ejerzan también esa labor de atracción.
Sin embargo también hay que hacer una labor más pegadita al suelo, para que haya una actividad gastronómica también ligada a la celebración del Centenario del Greco. En ese sentido la Asociación de Hostelería sigue trabajando en alguna propuesta.
No hay que olvidar que el año pasado de los 57 millones de extranjeros eligieron visitar nuestro país, según las encuestas, 7 millones declararon que la principal motivación fue la gastronómica. Eso debería reflejar la importancia que tiene cuidar el turismo gastronómico.
Ya se anunciado que este año Farcama cambiará de ubicación al Alcázar. ¿Qué les parece en la Asociación?
Me parece un paso atrás. La Asociación de Hostelería no tiene mucho que ver con Farcama, aunque evidentemente, el traslado al Alcázar puede beneficiar a los establecimientos de hostelería que se encuentran en el Casco.
En cuanto a la Feria me parece un paso atrás el tener que volver a una instalación al aire libre, sin espacios cubiertos... En realidad no conocemos tampoco el proyecto, no sabemos si se van a poner otras carpas, pero en definitiva me parece un paso atrás.
Salir de una feria con tu moqueta, tus instalaciones, todo bien estructurado y organizado, y volver al aire libre... Entiendo que hay una motivación económica, la Junta, o el Patronato de Farcama, decidió no gastar tanto dinero porque no están los tiempos para ello, pero veremos cómo sale.
A la consejera le recordé el otro día en Cuenca, que en octubre suele llover, y me dijo: ‘No te preocupes que los artesanos no se van a mojar’. De todas formas me parece un riesgo trasladar Farcama.
Probablemente había que cambiar la filosofía de la Feria, que ya venía dando muestras de agotamiento, pero hasta el punto de cambiar la ubicación, y dar, desde mi punto de vista, un paso atrás, creo que no.
Evidentemente si se celebra en el Casco los establecimientos se beneficiarán de esos visitantes que vayan a Farcama, muchos o pocos, y que evidentemente harán sus consumiciones en el Casco, como los aparcamientos, y otros negocios.