Tulipanes de esperanza

i. g. villota | TOLEDO
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Decenas de personas participaron ayer en una plantación de tulipanes, símbolo de esperanza para los enfermos de Parkinson, que celebraron el Día Mundial de la enfermedad con la inauguración de la sede de la Asociación en Toledo

El Parkinson ha dejado de ser una enfermedad de abuelos. Está empezando a afectar a gente cada vez más joven. El 15 por ciento del total de los diagnosticados tiene menos de 40 años. Se trata del segundo trastorno neurodegenerativo más frecuente tras el Alzheimer.

La presidenta de la Asociación de Parkinson de Toledo, Ángeles González, enfatiza en ambas cuestiones y pide más recursos para investigación con el fin de conseguir el tratamiento que mejore su calidad de vida.  

El mal de Parkinson afecta a 7.000 pacientes en Castilla-La Mancha y a cerca de 150.000 en todo el país, donde se detectan 10.000 nuevos casos cada año a pesar de que el diagnóstico tarda en llegar, concretamente entre uno y cinco años.

González destaca que la investigación «va bien en estos momentos» pero que es un camino «largo» que se recorre «lento» dado que son varias las líneas abiertas en estos momentos. «Hay una vacuna en fase 3 pero hasta que no llegue a la fase final no podemos quedarnos tranquilos», remarca, aunque asegura que «las cosas se están haciendo bien».

De hecho, coincidiendo con el Día Mundial del Parkinson celebrado ayer, apuntaban que «la farmacología ha avanzado bastante y nos mantiene durante más años en mejores condiciones», además advertían que «también está demostrado que las terapias rehabilitadoras aplicadas en centros como este tienen buenos resultados y mejoran nuestra calidad de vida».  

González insiste en que «incrementan nuestra autonomía» recordando que el Parkinson es una enfermedad «neurodegenerativa, crónica e incapacitante». Por eso, explica que se trata de una patología que afecta «tanto a los enfermos como a la familia» suponiendo «un importante desgaste social para ambos».

estimulación cerebral. El tratamiento en la actualidad es farmacológico, basado en la combinación de levodopa y carbidopa para combatir los síntomas, que incluyen temblores, contracciones y lentitud en los movimientos, causados por una falta de dopamina, una sustancia natural que por lo general se puede encontrar en el cerebro. La levodopa, explica, pertenece a una clase de medicamentos llamados agentes del sistema nervioso central.  

«Es la medicina que nos mantiene mejor», apunta, añadiendo que «últimamente también existe una técnica de estipulación cerebral que está dando buenos resultados».

Respecto a las rehabilitadoras, engloban «la fisioterapia, la logopedia, la terapia ocupacional y otras alternativas como taichi o pilares que son muy beneficiosas para nosotros», concreta.

Inauguración. La Asociación de Parkinson de Toledo, integrada por 70 socios, reunió ayer a decenas de toledanos en la calle Oslo de la capital regional, donde inauguraban su sede, el espacio donde imparten talleres y terapias y gestionan el día a día del colectivo.

La joven entidad nació con el apoyo directo del Ayuntamiento capitalino, que cedió unas instalaciones en los chalets de la Escuela de Gimnasia para que pudiesen funcionar hasta que encontrasen su propia sede.

El acto contó con la presencia de la concejala de Bienestar Social, Ana Saavedra, quien remarcó el apoyo municipal a la entidad y a los enfermos de Parkinson, así como de la coordinadora de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, María José Rivas, y de dos directores generales.

Todos participaron en el acto  de celebración que consistió en una plantación de tulipanes, símbolo de esperanza para los enfermos, que también sirvió como acto benéfico para recaudar fondos con los que continuar el camino.