La empresa de la Junta de Comunidades ‘Gicaman’ ha adjudicado a ‘Vías y Construcciones SA’ por 1.272.951 euros (sin IVA) la construcción del remonte mecánico Safont-Miradero «al ser la oferta más económica no incursa en temeridad». El acuerdo fue publicado ayer, puntualiza que se toma tras la valoración de la solvencia económica («haber realizado satisfactoriamente en los últimos tres años, al menos tres obras de características similares a la de la presente licitación») y técnica («haber tenido una facturación anual en cada uno de los tres últimos años, que supere el 250% del importe de licitación») que ha realizado previamente la Comisión de Contratación y va firmado por el presidente de la entidad pública y viceconsejero de Fomento, Luis Ques, y por el director general, Gustavo Nofuentes.
A partir de ahora, según el pliego de condiciones, Vías y Construcciones «queda obligada a suscribir el contrato en el plazo máximo de 15 días hábiles a contar desde la notificación de la propuesta de adjudicación». A continuación, en los siguientes 15 días, «se efectuará la comprobación del replanteo de las obras». Finalmente indica que «la ejecución del contrato de obras, y el plazo de realización, comenzarán al día siguiente de la firma del acta de comprobación del replanteo». Es decir que dentro de un mes aproximadamente deberán estar trabajando las máquinas sobre el terreno.
Contando que el plazo de ejecución de las obras es de 14 meses, si no se produjeran más sorpresas, para el otoño del año que viene Toledo capital debería contar con el ansiado remonte peatonal asociado al proyecto de recuperación del Miradero (sin recinto ferial porque el Palacio de Congresos se comió esa parte del presupuesto).
Riesgo y ventura. Vías y Construcciones se ha impuesto a otras 15 empresas que presentaron ofertas al concurso convocado por Gicaman. De todas ellas sólo una, la de FCC, fue eliminada por considerar que el precio de su propuesta (94.538 euros inferior a la ganadora) es anormalmente bajo y ponía en riesgo el final feliz de la obra.
En este sentido, el pliego especifica que la adjudicataria corre con el «riesgo y ventura» de la ejecución del contrato «y no tendrá derecho a indemnizaciones, salvo en casos de fuerza mayor».
En principio la intención del promotor público es pagar exclusivamente el precio ofertado pero cabe una posibilidad de alteraciones en caso de «modificaciones que hayan sido previamente aceptadas conforme a las prescripciones del pliego» que serían abonadas en la certificación final.
Para vigilar que todo se hace a su gusto, Gicaman «designará un responsable del contrato o gerente del proyecto como responsable de la comprobación y coordinación» de las obras y, también, «contratará a su cargo un control de calidad de materiales y de ejecución de la obra, ajeno al adjudicatario», al que, por cierto, se le impone una cláusula de «confidencialidad».