Los más de 50 trabajadores de la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) de La Iglesuela, al igual que sus compañeros de unidades similares repartidos por toda España, han superado las 10 semanas de huelga indefinida para exigir a la empresa estatal Tragsa una dignificación de sus condiciones laborales.

Desde Comisiones Obreras, señalan que los operarios de la unidad destacada en La Sierra de San Vicente agradecen la solidaridad mostradas por vecinos de la comarca y el área de Talavera. Ésta se ha manifestado a través de actos  en los que, entre otras cosas, se han efectuado colectas para ayudar a los empleados a sobrellevar el coste que para sus salarios supone un paro tan prolongado, pero que están dispuestos a mantener para lograr sus objetivos.

En cuanto a la repercusión del paro en la base, han reprochado a la dirección de la compañía que no estén cubriendo todas las bajas, lo que provoca que no todos los que quieren seguir la huelga puedan hacerlo de manera efectiva para cumplir los servicios mínimos. Estos, tras el fin de la temporada alta de incendios en septiembre, han quedado fijados en un 50 por ciento del personal del turno de mañana y otro 50 por ciento del personal del turno de tarde.

Mayor salario y reconocimiento.

Personal de las BRIF de la región se reunían el pasado jueves en Cuenca para, a través de diversas movilizaciones, recordar que su conflicto laboral continúa y acusar a Tragsa de «inmovilismo» al dilatar las negociaciones sin resultados.

Los empleados de las BRIF reclaman su reconocimiento profesional como bomberos forestales, que se regule su acceso a la segunda actividad (trabajos de menor peligro cuando por edad les sea más difícil participar directamente en la extinción de incendios) y, sobre todo, un alza de salarios, ya que su sueldo oscila entre los 800 y los 900 euros mensuales, muy por debajo de otros colectivos cuando afrontan riesgos al sofocar siniestros en campo abierto.