Unos 250.000 sefardíes podrán recuperan su condición de españoles

Manuel Bernardino
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Gallardón presentó ayer el proceso por el cual pueden optar a la nacionalidad los judíos expulsados en 1492 siempre que acrediten su condición y tengan aún vínculos con España

Algo más de quinientos años después, todos los sefardíes, descendientes de los judíos que fueron expulsados de España en 1492, podrán adquirir nuevamente la nacionalidad española, con independencia del lugar donde residan, siempre que acrediten esta condición y demuestren mantener un vínculo con nuestro país.

El ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, presentó ayer, en la Casa Sefarad de Madrid, este proceso de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes por carta de naturaleza, es decir, de manera discrecional por un real decreto del Gobierno cuando concurran en el solicitante «circunstancias excepcionales», tal y como se recoge en el artículo 21 del Código Civil.

En la actualidad, se calcula que hay un cuarto de millón de sefardíes en el mundo, aunque el propio ministro de Justicia reconoció que es una cifra aproximada, pero sí desveló que ya hay muchas peticiones para lograr la nacionalidad española.

A partir de ahora, bastará con acreditar la condición de sefardí con un certificado de la Federación de Comunidades Judías, y demostrar el vínculo que le une a nuestro país, ya sea por apellidos, idioma familiar, descendencia directa o parentesco colateral con los sefardíes a los que ya se reconoció la nacionalidad en 1492, o bien, tener una vinculación especial con la cultura y costumbres españolas.

Tras este proceso, los solicitantes, sus cónyuges e hijos menores de edad disfrutarán de todos los derechos de protección y asistencia consular en España. Después, podrán inscribirse en el registro tras jurar o prometer fidelidad a la Constitución y al rey de España.

El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha recordado los vínculos históricos del pueblo judío y musulmán con España. «Nuestras relaciones no se han interrumpido nunca, no se han olvidado nunca, han sido tanto más intensas cuanto más tolerante, dialogante y democrática ha sido España», afirmó. García-Margallo recordó una anécdota de un encuentro que mantuvo con sefardíes en Toledo, donde escuchó hablar en sefardí y preguntó a una de estas personas: ¿Dónde aprendiste castellano?. Tras unos breves instantes de silencio, el judío le contestó: Hace 500 años en Toledo.

Por su parte, el presidente de la Federación de las Comunidades Judías, Isaac Querub, visiblemente emocionado, contrapuso el hecho histórico del real decreto de expulsión de los judíos a finales del siglo XV con la visita que realizó el Rey a la sinagoga, con motivo del V aniversario de aquel suceso, donde Don Juan Carlos resaltó la españolidad de los sefardíes.

Por ello, destacó la «voluntad inequívoca e inquebrantable» del Gobierno en este compromiso, que permitirá, después de cinco siglos, el «retorno» y el «reencuentro» de todos aquellos judíos que fueron expulsados injustamente de España y privados de su nacionalidad, aunque nunca se resignaron a perderla.

Finalmente, tanto el ministro de Justicia como el presidente de la Federación de las Comunidades Judías, Isaac Querub, recordaron el papel de muchos diplomáticos españoles para salvar a miles de sefardíes de las cámaras de gas de los campos de concentración nazi y, el propio ministro, citó el caso de su bisabuelo, José Rojas Moreno, embajador de España en Rumania entre 1941-43, que salvó a muchos de ellos.