El 71% de los municipios de la provincia pierde población

Álvaro de la Paz
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El aumento de habitantes en la comarca de La Sagra, la ciudad de Toledo y la Mesa de Ocaña contrasta con el declive residencial de Talavera, Los Montes, La Mancha, La Jara y La Campana

Sólo los municipios en verde ganan población en la última década.

La evolución de la población en la provincia de Toledo durante la última década evidencia el atractivo de las zonas colindantes con Madrid como lugares de establecimiento residencial. Las estadísticas de los padrones municipales recogidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) entre el año 2008, el que marca el inicio de la crisis, y 2018, el último del que se tienen datos  muestran la fortaleza de los corredores alrededor de las autovías A-42, A-4 y A-5, un crecimiento que contrasta con la lenta, pero ininterrumpida, sangría en los censos de las zonas sur y oeste del territorio. Toledo es hoy (687.391 habitantes) un territorio más urbano que hace un decenio (670.203), y tanto la propia capital de la región como aquellos municipios emergentes sagreños se mantienen entre los núcleos receptores de habitantes. Las localidades más pequeñas, por el contrario, menguan y ven reducido, más aún, su tamaño. Sólo 59 crecen.

La Sagra emerge como el área de mayor potencialidad de la provincia. Casi todas las localidades que forman esta comarca septentrional ganan población en el último decenio. Los datos confirman cómo la proximidad con Madrid anima el padrón municipal: los más próximos al límite autonómico son los que más habitantes suman. Illescas y Seseña, dos localidades fronterizas, suman más de 28.000 y 24.000 habitantes respectivamente. La tercera y cuarta localidad de la provincia mantienen su crecimiento. Otros núcleos, minúsculos y con pocos centenares de habitantes hace tres o cuatro décadas, como Ugena, Carranque o Yeles, disparan sus censos al calor de la privilegiada ubicación en el mapa y los precios más económicos de la vivienda.

La ciudad de Toledo es otro de los focos que concentra la subida de la población en la provincia. La capital regional supera a Talavera como localidad más poblada y sostiene un crecimiento paulatino en los últimos cuatro años. La excelente conexión con Madrid, ampliada en el caso de la capital regional con la línea de ferrocarril de alta velocidad, ratifica la importancia del nexo con el centro peninsular. Las posibilidades añadidas en materia laboral, la elevada oferta de servicios educativos, sanitarios y administrativas y la influencia que ejerce sobre los municipios de su corona metropolitana, son otras de las razones que explican el ascenso.

Dentro de la Mesa de Ocaña se observa una tendencia ambivalente que define la vecindad con el trazado de la autovía A-4 y la distancia kilométrica con la capital de España. La localidad que da nombre a la comarca, un importante nudo de comunicaciones con el Levante y el sur peninsular, ha incorporado más de 2.200 nuevos habitantes entre 2008 y 2018. También ensanchan su censo los municipios de Ontígola y Noblejas. El resto de los pueblos cae, aunque su minoración no es excesivamente profunda.

La Mancha es una de las comarcas más afectadas por la caída de empadronados entre el inicio de la crisis y el tiempo presente. Las agrociudades (así denominadas por sus características espaciales y territoriales) del sureste de la provincia no logran fijar población y sufren la reducción de sus listas de habitantes. Sin embargo, la mayor parte de estos núcleos resiste con padrones compuestos aún por varios miles de habitantes.

La parte oriental de la provincia es, dado el escaso músculo de muchos de sus municipios, la más perjudicada por la marcha de pobladores. Buena parte de la comarca de Torrijos, La Jara, La Campana de Oropesa y Los Montes de Toledo reducen sus ya magros censos en la última década. 

El envejecimiento en algunas localidades de La Jara, Los Montes de Toledo y La Campana dificulta, además, el remplazo generacional. La amenaza del despoblamiento se cierne sobre estos territorios. La caída de Talavera se enjuga por el repunte de su corona.

 

La Sagra sumó miles de nuevos habitantes; las localidades de La Mancha menguan

 

La Sagra lidera el crecimiento de la población en la provincia de Toledo en los últimos diez años. Las localidades de Seseña e Illescas ejemplifican el despegue de una zona en continua expansión desde hace más de medio siglo, pero que se ha expandido con especial fortaleza en los tres lustros pretéritos. Desde 2008, Seseña ha aumentado su censo en más de 10.400 personas mientras que Illescas lo ha hecho en casi 9.000. Las dos ciudades se acercan a la barrera de los 30.000 habitantes. La comarca acumula más de 176.000 habitantes, la cuarta parte del total de todos los toledanos.

Las mayores pérdidas en términos absolutos se concentran en las localidades de La Mancha. Municipios como Miguel Esteban, Villacañas o Madridejos pierden varios centenares de empadronados desde el estallido de la crisis económica. Las caídas en estos núcleos, sin embargo, no sugieren un peligro en el corto plazo: el grueso de pueblos mantienen un buen número de habitantes y los datos respecto al 2017 muestran cómo el descenso se atenúa una vez han pasado los rigores de los años de mayor caída de la actividad.

Peores perspectivas se atisban para las localidades de Los Montes de Toledo, La Jara y la Sierra de San Vicente. En estas tres comarcas, el padrón cae en la práctica totalidad de unos municipios ya pequeños. Todos los pueblos de La Jara (16.691 habitantes en total) reducen su población entre los años analizados y apenas dos de ellos mejoran entre 2017 y 2018. En Los Montes mejoran los más próximos a la capital regional, beneficiados por la propia proximidad de Toledo. La Campana de Oropesa (16.806 censados) tiene a sólo dos núcleos en positivos, Velada y Calera y Chozas. La Sierra de San Vicente, en el límite con la provincia de Ávila, es la comarca menos numerosa de la provincia (15.472).

El área de Torrijos muestra un comportamiento dispar. Torrijos (13.278) y Fuensalida (11.032) suben, pero caen La Puebla de Montalbán (7.811) y Santa Olalla (3.217) y Escalona (3.199).