El callejero fiscal trae de cabeza al Grupo Municipal Popular. Por eso, ha decidido presentar una moción al Pleno de esta tarde a fin de solicitar «su revisión técnica para ajustarlo a la realidad económica» de la ciudad y modular «esa subida de impuestos encubierta» aprobada por el equipo de Gobierno municipal. En este caso, la portavoz del grupo, Claudia Alonso, recordó ayer los perjuicios que ocasiona el callejero fiscal actual a las empresas implantadas y a las que pretenden instalarse en Toledo, puesto que tienen que pagar más IAE (Impuesto de Actividades Económicas) y licencias de apertura «que se conceden tarde y cuestan una barbaridad».
Por tanto, Alonso explicó la necesidad de que el equipo de Gobierno municipal ponga las miras en la actividad empresarial «porque la administración tiene que ser competitiva en este tipo de cuestiones» para ahorrar tantas trabas a emprendedores y empresarios interesados en la ciudad y evitar que los negocios se ubiquen en otros municipios cercanos, Bargas y Olías del Rey, entre otros, que cuentan con mejores condiciones.
En el Grupo Municipal Popular no entienden «que la concentración de empresas en determinadas zonas provoque una subida de la catalogación». Ya Alonso le resulta incomprensible porque, entre otras cosas, la crisis económica está castigando al sector y un ayuntamiento no debe alejarse «de la realidad». Al contrario, debe ser, a su juicio, «lo más competitivo posible» y velar para «no perder riqueza».
Respecto al callejero fiscal, la portavoz explicó que se trata de una de las herramientas o elementos para llevar a cabo el estudio de la presión fiscal, pero entiende que aunque se realice desde el punto de vista técnico y «con criterios -en principio- objetivos», la modificación de la calificación de algunas calles ha generado una carga adicional para distintas empresas que se ven obligadas «a pagar cuotas incrementadas en un 60% en algunos casos». Una realidad que dificulta «la recuperación económica».
Alonso puso de ejemplo para ilustrar esta situación lo ocurrido con el Paseo Federico García Lorca, que ha pasado de tener categoría 4 a 1, lo que conlleva «la pérdida del tejido empresarial», pese a ser una zona de Santa María de Benquerencia muy comercial desde hace años, «porque los empresarios prefieren instalar su negocio más lejos, a dos o tres calles para evitar pagar más impuestos».