España está superando la crisis y, por fin, la economía vuelve a crecer y empieza a crearse empleo. Pese a ello, el desempleo y la desigualdad han aumentado y se ha reducido el tejido empresarial. Entre 2008 y 2013 el número total de medianas empresas cayó un 56 por ciento. Entre 2010 y 2014 la tasa de desempleo española fue del 23 por ciento, frente al 10 por ciento de la Unión Europea. Además, la destrucción de empleo formal ha sido desproporcionadamente mayor que en los países vecinos, ya que con unos niveles similares de contracción del PIB per cápita se destruyeron más puestos de trabajo que en los demás países europeos.

La razón, explica el Banco Mundial, es que el sector de la Construcción -que representaba una fuente importante de empleo- fue el núcleo de la crisis española, y además muchos trabajos pasaron a la economía sumergida.

España está entre los países de la Unión Europea con mayor riesgo de exclusión social, con un 18 por ciento de la población viviendo bajo en umbral de la pobreza. En resumen, todavía queda mucho para volver a los niveles de crecimiento previos a 2008. Un sector privado dinámico y competitivo que genere empleo será clave para la plena recuperación.

Una de las dificultades a las que se enfrentan los emprendedores españoles es la carga administrativa y la complejidad regulatoria. Los emprendedores interactúan con diferentes niveles de gobierno -estatal, comunidades autónomas, provincias y municipios-, cada uno con sus competencias y legislación. La organización territorial de España como ‘Estado de las autonomías’ hace que sea de los países más descentralizadores de Europa: las administraciones territoriales administran casi el 50 por ciento del gasto público y representan el 77 por ciento de los empleados públicos.

Dicha descentralización permite que las administraciones sean cercanas al ciudadanos, pero implica un mayor nivel de complejidad regulatoria y posibles duplicidades, de ahí la necesidad de que el proceso de reformas sea inclusivo y se coordine entre los distintos niveles de gobierno.

complejidad a la española. El informe Doing Business, elaborado periódicamente por el Banco Mundial para medir la dificultad de hacer negocios en 189 países del mundo, se ha detenido sobre la complejidad de la realidad territorial española.

La institución analiza las trabas para desarrollar negocios en las principales ciudades de las 17 comunidades y las dos ciudades autónomas. España ocupa el puesto 33 de los 189 países estudiados, pero el detalle de las comunidades, tomando la ciudad más representativa, revela que todas están por debajo de la media de la UE.

El estudio analiza cuatro áreas que miden la apertura de una empresa, la obtención de permisos de construcción, la obtención de electricidad y registro de propiedades.

El análisis de estas variables revela que La Rioja y la Comunidad de Madrid, tomando como referencia Logroño y la capital, son las autonomías donde es más fácil hacer negocios. Aragón y Galicia son los territorios donde es más difícil, de nuevo eligiendo las principales ciudades de cada comunidad, que son Vigo y Zaragoza. El informe indica que no existe relación entre la clasificación general y el tamaño de la población. Castilla-La Mancha se sitúa en el puesto 9 de la tabla.

poco uso de plataformas telemáticas. Otra de las conclusiones muestra que Andalucía es el territorio con más facilidades para abrir una empresa, pues utiliza la plataforma telemática Circe, que simplifica la tramitación y, además, las tasas municipales son más bajas.

La Rioja es donde es más fácil obtener el permiso de construcción. Cataluña donde resulta más cómodo conectarse a la red eléctrica y en Ceuta y Melilla donde menos problemas hay para registrar propiedades porque el impuesto sobre transmisiones patrimoniales es más bajo, en parte por su especial régimen fiscal.

Otro de los puntos que destaca el informe es la brecha entre la ciudad con mejor resultado y la que peor nota obtiene. El Banco Mundial observa una dispersión mayor en las áreas de obtención de permisos de construcción y obtención de electricidad, fruto del mayor protagonismo de las autoridades locales en estos ámbitos.

Revela también que, salvo en la obtención de permisos de construcción, todas las comunidades autónomas están opr debajo de la media europea. Uno de los aspectos que lastran los resultados es el coste. Además, añade que en cada autonomía se han desarrollado buenas prácticas que se pueden replicar en otros lugares. Si es España se aplicasen las mejores prácticas observadas, su resultado global mejoraría en todas las áreas analizadas.

Por último, el Banco Mundial explica que al comparar los resultados a nivel internacional con el resto de los 189 países, en el indicador de los permisos de construcción, la comunidad con peor resultado, Galicia, estaría en el peor 25 por ciento de las economías del mundo. Por su parte, la comunidad con mejor resultado, La Rioja, estaría entre el mejor 25 por ciento de las economías, muy por encima de la media de la Unión Europea.