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Veinte días después de su detención en Rumanía, un tribunal de Bucarest aceptó ayer de forma definitiva la entrega a España de Sergio Morate, el presunto autor del doble crimen de Cuenca.
Según manifestó la sala, contra esta decisión no hay posibilidad de presentar más recursos, por lo que las autoridades patrias ya pueden hacer efectivo el traslado de Morate a territorio nacional para ponerlo a disposición judicial. La extradición correrá a cargo de la Policía, que detalló que esta actuación se va a producir «lo antes posible» y en «un plazo que no va a ser largo», aunque no precisó una fecha concreta.
El acusado, que volvió a reiterar su inocencia ante los magistrados rumanos, justificó su petición de mantenerse en el país centroeuropeo en la posibilidad de que al ser ingresado en una prisión española su vida corriese peligro.
El joven fue arrestado en la región de Timisoara, en casa de su amigo Istvan Horvath, a quien conoció durante una estancia anterior en la cárcel y le acogió en su casa tras abandonar España apenas unas horas después de que se cometiese el crimen de su exnovia Marina Okarynska y su amiga Laura del Hoyo, a las que se dio por desaparecidas durante varios días hasta que sus cadáveres fueron encontrados en una orilla del Río Huécar. La captura de Morate tuvo lugar apenas un día después del hallazgo de los cuerpos de las chicas.
Tras la aparición de los restos, el Juzgado de Instrucción número 2 de Cuenca dictó una Orden Europea de Detención y Entrega contra Morate, a quien hasta entonces también se le daba por desaparecido y que desde ese momento pasó a considerársele como huido.
Fuentes del Ministerio del Interior precisaron que no se trata de una extradición, sino de una entrega. La diferencia es que una extradición es un acuerdo entre gobiernos que exige más tiempo, mientras que las entregas son acuerdos entre jueces que implican un trámite más ágil.
Los investigadores de la Policía no tienen duda de que Morate fue el autor de los asesinatos, pero tratan de averiguar todavía si contó con algún tipo de colaboración. Creen que el crimen fue premeditado porque las jóvenes aparecieron cubiertas con cal viva que la Policía tiene constancia de que había comprado unos días antes.
PRISIÒN PERMANENTE. Ahora será puesto a disposición de la Justicia española y será ingresado en prisión mientras se continúa con la investigación de los hechos.
En caso de ser condenado por estos hechos, difícilmente se le podría aplicar al joven la figura de la prisión permanente revisable incluida tras la última reforma del Código Penal. El artículo 140 en que se recoge esta figura precisa que se aplicará la prisión permanente revisable «cuando la víctima sea menor de dieciséis años de edad, o se trate de una persona especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad o discapacidad». También es preciso que «el hecho fuera subsiguiente a un delito contra la libertad sexual», extremo que no parece que se haya dado en este caso, y que «se hubiera cometido por quien perteneciere a un grupo u organización criminal».