Las cláusulas suelo han entrado en los juzgados como un tsunami en los últimos meses, un aluvión de demandas con difícil encaje por la falta de medios que obliga al Juzgado número 1 (bis) de Toledo, que cuenta con un juez adicional, a un ritmo infernal y aún así se encuentra desbordado. Las medidas de refuerzo del Ministerio de Justicia para hacer frente a esta situación se han quedado muy cortas, ya que el ejercicio se cerrará con unas 4.000 demandas registradas en estos seis últimos meses del año. «Es una barbaridad», apunta el juez decano de Toledo, Juan Ramón Brigidano, cansado de la falta de inversión y de medios para agilizar la administración de Justicia. Calcula además que el próximo año podrían entrar unas 7.000 demandas, «un disparate» imposible de asumir por la falta de un juzgado especializado a pesar del refuerzo y de la decisión de centralizar todos estos asuntos de la provincia en un único juzgado, «que únicamente puede resolver «un tercio» de todas.