Son cinco facturas de IBI (Impuesto de bienes inmuebles) por un valor aproximado de 1.600 euros. Otras veintiuna facturas del impuesto de vehículos por valor cercano a los 1.800 euros. Una factura del impuesto de construcciones y obras (ICIO) de 73 euros. Y dos facturas de vados permanentes que suman 160 euros.Todas estas facturas llevan más de cuatro años aparcadas desde el último intento de comunicación con sus deudores o de cobro por vía ejecutiva (incluidos expedientes de embargo que no han prosperado porque no hay un bien que cubra el coste de manera proporcional y con estas cuantías no se puede actuar contra las propiedades inmobiliarias). En consecuencia, pasado este tiempo, han prescrito y la Tesorería del Ayuntamiento procede a eliminarlas de la contabilidad para lo que necesita la aprobación del Pleno, paso que ayer quedó visto con el dictamen favorable de la comisión de Hacienda en la que participan los cuatro partidos municipales.