Revisión de San Quintín a partir de las fuentes

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El historiador José Antonio Rebullida presentó el libro Felipe II y el éxito de San Quintín (Áltera, 2015) en el Museo del Ejército. A continuación tuvo lugar un ciclo de tres conferencias sobre la arqueología en los campos de batalla

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«Me ha sorprendido la capacidad organizativa de Felipe II, que no se ajusta a la consideración de quienes lo plantean como ‘un rey de despacho’. Haber realizado un seguimiento tan completo de su correspondencia te permite conocer muchos pormenores de su personalidad, incluido el afán por potenciar la imagen del rey, por la búsqueda de ofrecer una imagen de reputación y honor». El historiador José Antonio Rebullida Porto (Madrid, 1972) es el autor de Felipe II y el éxito de San Quintín, investigación reconocida por los Premios Ejército 2015 en la categoría de Humanidades y publicada el año pasado por la editorial Áltera. 
Se trata de un libro de divulgación cuyo punto de partida son fuentes primarias -las que se generaron durante la campaña de San Quintín (hoy, Saint-Quentin, en la región de Picardía, al norte de Francia)-, concretamente un amplio conjunto documental que pasó en Francia buena parte de sus cuatro siglos y medio de existencia, y que hasta la fecha no había sido manejado en profundidad. «Fue expoliada durante la Guerra de la Independencia y permaneció en París hasta que regresó a España en los primeros años de gobierno de Franco, gracias a sus buenas relaciones con la Francia del mariscal Pétain». 
En todo este tiempo, explica Rebullida -guardia real y también fotógrafo, que cursó estudios de Magisterio en la Universidad Complutense, y de Geografía e Historia en la UNED-, buena parte de la documentación relacionada con la campaña de San Quintín «solo ha sido consultada por algunos hispanistas, los cuales, además, no tenían como objetivo prioritario centrarse en aquellos acontecimientos, sino ponerlos al servicio de las biografías».
Han sido necesarios tres años de trabajo para consultar, transcribir detenidamente e interpretar, por ejemplo, la correspondencia entre Felipe II y su primo (a quien algunos historiadores sitúan entre los protagonistas del lienzo del Greco San Mauricio y la legión tebana). Manuel Filiberto de Saboya fue una figura de gran importancia para la historia política del siglo XVI, no solo en España, sino en Europa, donde fue fundamental en las negociaciones que condujeron a la Paz de Cateau-Cambresis (1559) y a la administración española del norte de Italia.
«Felipe II era un rey cuyo prestigio hasta entonces estaba denostado por diversos motivos», explica el autor del libro, como «las últimas derrotas militares de su ancestro, la falta de contribución de sus súbditos y la poca confianza de sus prestamistas y banqueros». No obstante, prosigue José Antonio Rebullida -cuya tesis doctoral pretende contribuir a la reconstrucción del ideario político de Felipe II-, «la mayor pérdida de credibilidad para el buen nombre del monarca español procedía de su hostilidad contra el papa y de su intento de excomunión». Frente a la consideración tradicional de quienes plantean la primera mitad de su reinado como una continuación del gobierno de su padre, este historiador propone en cambio un modelo de monarca mucho más reformista. En este contexto, «todo dará un vuelco gracias a San Quintín: el joven Austria comenzará a ser valorado como un opositor serio al expansionismo francés, demostrando que era capaz de velar por sus reinos del norte, los cuales opinaban que un rey extranjero nunca los defendería prioritariamente».
 
Arqueología de los campos de batallas. Tras la presentación del libro, el Museo delEjército programó tres pequeñas conferencias con el denominador común de la arqueología de los hechos militares. La primera fue ‘La Batalla de la Granja y la catalogación de su yacimiento como bien de interés cultural’, por Eduardo Juárez Valero (Universidad Carlos III). José Antonio Rebullida Porto (UNED) habló a continuación sobre ‘La relación documental del Asedio y Batalla de San Quintín con la topografía real del terreno: la posibilidad de un estudio arqueológico’. La completa jornada finalizó con la charla ‘La Batalla de Alarcos: Musealizando un campo de batalla’, por Mario Ramírez Galán (Universidad de Alcalá de Henares).