El CEI Toledo obtuvo su segundo triunfo de la temporada tras imponerse con meridiana claridad a un bisoño Centro Deportivo Muévete Basket Cervantes por 84-46, una diferencia de 38 puntos favorables a la escuadra verde. Por su parte, el equipo ciudadrealeño debutó en esta contienda en el campeonato ya que su primer partido ante el CEBA Guadalajara lo tiene aplazado hasta el día 10 de octubre. La nota anecdótica, y quizás más importante, estuvo en las dos pancartas reivindicativa que unos veinte árbitros castellano-manchegos pusieron en las gradas del pabellón de la Universidad Laboral de Toledo en la que hacía hincapié en la deuda económica de los recibos impagados que tiene la Territorial con ellos.
Esos veinte árbitros presentes en las gradas del pabellón del CEI protestaron con pitos las decisiones que ellos consideraban erróneas de los dos árbitros guadalajareños que estaban en la cancha de juego, si bien todo parece indicar que en la realidad lo que hacían era protestar por no haber sido solidarios y compañeros en este pulso que mantienen con Federación de Castilla-La Mancha de Baloncesto que preside Ramón Granados y que tiene su sede en Alcázar de San Juan.
En cuanto al partido, poco hay que señalar, ya que desde el primer momento se pudo observar que la victoria se quedaría en la capital regional, y además de forma contundente. El 9-4 a los cinco minutos de juego se fue abriendo brecha conforme avanzaba esta desigual contienda, para llegar al 23-8 al final del primer cuarto. El segundo parcial siguió con los mismos cauces, con una defensa muy efectiva por parte toledana ante la que nada pudieron hacer los tiradores visitantes.
Tras paso por vestuarios, un 5-0 de parcial favorable a los discípulos de Fran Cano con el que se puso más diferencia en el luminoso, 48-18, 30 puntos arriba para los verdes en unos momento en los que entrenador del CEI empezó a efectuar rotaciones más frecuentes en el banquillo. Aún así, las diferencias fueron aumentado en el luminoso: 64-27. El último parcial fue un auténtico calvario para los visitantes, mientars que los toledanos buscaban hacer un baloncesto de lujo, con combinaciones para agradar a su afición. Lo mejor de esta segunda cita liguera fue que Fran Cano pudo mover el banquillo a su antojo, repartiendo minutos entres sus jugadores.