Testimonio necesario

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El Museo de Santa Cruz repasa el arte español contemporáneo a través de una espléndida exposición comisariada por Pilar Vinuesa. Obliga forzosamente a recordar la situación de la Casa de las Cadenas, sede fallida del Museo de Arte Contemporáneo

Testimonio necesario - Foto: David Pérez

No son buenos tiempos para la cultura. Tampoco lo son para la difusión del arte contemporáneo en Toledo, una ciudad cuyas galerías se han visto obligadas a reducir su actividad a la mínima expresión y en donde la situación económica debida a la crisis no parece la más adecuada para dar salida al dilatado problema con la Casa de las Cadenas, el proyecto fallido de instalar en el Casco un museo para la plástica de los siglos XIXyXX.

Por ese motivo llama la atención una exposición como ‘El arte del siglo XX en los fondos del Museo de Santa Cruz. Del impresionismo al surrealismo’, una muestra tan pragmática como inteligente producto de un gran esfuerzo por parte de su comisaria, Pilar Vinuesa. Se trata de un recorrido, ajustado al espacio de las salas de exposiciones temporales del museo, que abarca buena parte de las categorizaciones artísticas desde mediados del siglo XIXhasta la llegada de las vanguardias clásicas.

Muestra abierta, que no duda en descontextualizar a determinados artistas fuera de las rígidas etiquetas cronológicas de cada movimiento, ‘El arte del siglo XX en los fondos del Museo de Santa Cruz. Del impresionismo al surrealismo’ permanecerá a disposición del público hasta finales de año (no hasta el 15 de julio, como aparece en los trípticos, debido a un problema de edición).

La exposición fue inaugurada ayer por el director general de Cultura, el arqueólogo y prehistoriador Javier Morales Hervás, a quien acompañaron el director de Santa Cruz, Alfonso Caballero, y su comisaria. Pilar Vinuesa explicó a los asistentes la organización de las diferentes salas, desde posiciones próximas al impresionismo -incluidos artistas como Aureliano de Beruete, a quien se podría considerar uno de los pintores españoles más próximos a este contexto- hasta especulaciones realizadas en la primera mitad del siglo XX por pintores como Juan Barjola.

‘El arte del siglo XX en los fondos del Museo de Santa Cruz. Del impresionismo al surrealismo’ será tomada por algunos espectadores como una mera excusa, como una mirada evasiva en dirección contraria al lugar que ocupa el Museo de Arte Contemporáneo de Toledo. No creemos que haya sido ésta la intención por parte del museo, aunque sí que debería ser un aviso para navegantes. Que oiga de quien dependa. Toledo ha evolucionado lo suficiente en materia cultural como para que exista una corriente de opinión, bastante más amplia de lo que parece, partidaria de abrir este debate. La muestra incluye varias esculturas de Alberto Sánchez, como no podría ser de otra manera. El problema es que llegado el año 2012 una pequeña sala de museo no es suficiente para albergar el trabajo de un escultor de tanta trascendencia. Pensemos en ello. Por eso creemos que esta exposición es un testimonio necesario.