El Ayuntamiento de Toledo ha aprobado un gasto de 2.000 euros para premiar al ganador del concurso «internacional» de diseño de la espada toledana que va a convocar en colaboración con la asociación de empresas del sector. El objetivo es volver a colocar este producto en el escaparate mundial mostrando al público más exigente las grandes diferencias que existen entre la auténtica fabricación artesana y las imitaciones asiáticas.

La concejal de Artesanía, Ana Fernández Samper, informa que las bases van a publicarse en el Boletín Oficial de la Provincia y, en líneas generales, exigen una hoja de espada entre 110 y 120 centímetros de largo, empuñadura de metal noble, originalidad, e idoneidad técnica.

Enrique Fernández Camacho, presidente de los espaderos, agradece la iniciativa que toma como excusa el hecho de que «no existe un símbolo» que reúna los elementos de tradición que caracterizan la famosa espada toledana. Sin embargo señala que el concurso es sólo la primera fase de un proyecto más ambicioso para «llegar a todos los rincones del mundo». El concurso cuenta con el consenso y asesoramiento de la asociación y el diseño ganador se les cederá para su producción y comercialización.

En este momento sobreviven en Toledo seis fábricas que dan empleo directo a unas 60 personas y producen al menos 100.000 espadas de modelo toledano, aunque el dato es aproximado porque Fernández Camacho advierte que cada marca guarda celosamente los detalles.

También indica que la peor competencia viene del mercado chino donde el coste de producción muy bajo les permite ofertar precios mucho más bajos. En este aspecto confía que en tres o cuatro años comience a dar resultado el trabajo que se está realizando bajo la protección de la marca ‘Hecho en Toledo’ que patrocina el Ayuntamiento como garantía de autenticidad.

Otra posibilidad de expansión que se está negociando tiene que ver con el Ejército español para que modifique los pliegos de condiciones de sus concursos ya que ahora el único criterio es el económico y ganan precisamente quienes son la competencia de los productores nacionales.

Fernández Camacho está en conversaciones con el coronel intendente para que incluya criterios de calidad, origen y diseño con los que está convencido de que se multiplican las posibilidades de convertirse en suministradores de los militares españoles. Como ejemplo, dice que siguen vendiendo sables a la academia militar de West Point y, recientemente, a los Guardacostas norteamericanos.