Las hipótesis que siempre han acompañado al hallazgo del tesoro de Guarrazar, consistente en cruces y coronas de la época de los reyes Suintila y Recesvinto, pasan porque estas piezas habrían sido trasladadas desde la capital toledana hasta Guadamur con motivo de la invasión musulmana en el siglo VIII, sin embargo, los hallazgos que han ido teniendo lugar en los últimos años, ponen de manifiesto que Guarrazar era una zona con mucho peso dentro del Reino Visigodo.

El arqueólogo que se está encargando de las excavaciones en Guarrazar considera que las coronas podrían haber estado allí siempre al formar parte de un posible palacio real -confirmar su existencia, porque hay una infraestructura de unos 1.500 metros cuadrados donde aparecieron las coronas, será la prioridad este año-, que sería la casa de verano de los reyes, lo cual tiene lógica porque está en el entorno de un manantial que rebaja la temperatura media en dos grados, justo al lado del camino antiguo que unía Toledo y Guadamur.