Los comerciantes y hosteleros piden más eventos en el Alcázar

e. martín | TOLEDO
-

Aseguran que la Feria de Artesanía de Castillla-La Mancha ha servido para incrementar la afluencia al Casco histórico aunque las expectativas de ventas no se han cumplido

Los comerciantes y hosteleros piden más eventos en el Alcázar - Foto: Yolanda Lancha

Los negocios ubicados en los alrededores del Alcázar quieren que la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha (Farcama) vuelva el año que viene al Museo del Ejército, ya que destacan la importante afluencia registrada durante los fines de semana pasados y ello a pesar de que no han hecho la caja que esperaban. Los comerciantes de las inmediaciones de este nuevo espacio destacan un «éxito» de visitantes por las calles del interior de la muralla, pero en cambio  aseguran que esta masiva afluencia «no ha ido en consonancia» con lo que podían haber vendido.  

El sector que sí está satisfecho  es la hostelería, que el sábado 5 de octubre registró un lleno absoluto en las terrazas de bares y restaurantes. A lo largo de la semana la situación se normalizó hasta este pasado sábado 12 de octubre, una jornada también con «mucho movimiento», ya que además era festivo. Carlos Sánchez, de Cuchara de Palo, reconoce que la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha, en su XXXIII edición, ha tenido efectos positivos sobre este establecimiento. «Durante el fin de semana hemos tenido bastante clientela». Este negocio ha participado en la iniciativa ‘Saborea Farcama’ ofreciendo a los clientes  productos típicos de la región de Castilla-La Mancha. Un menú y una tapa artesana que, sin duda, han sido «un buen reclamo».

A pesar de que los empresarios con negocios en el Casco recuerdan que octubre es uno de los mejores meses para el turismo, reconocen que la feria, sin duda, fue el principal reclamo por el que tantas personas han paseado por el Casco durante los diez días que ha durado la muestra. «Se han notado las excursiones que llegaban desde los pueblos de la provincia también», afirma. En ‘Entrecalles’ incluso ha habido días que han llegado a duplicar el número de comidas, por lo que solo pueden ver positivo este cambio de escenario. Hasta allí han llegado sobre todo visitantes de la vecina Comunidad de Madrid.

Desde el Restaurante Alcázar también hablan de efectos positivos. Andrés Mihai, incluso, asegura que la facturación en este establecimiento se ha incrementado entre un veinte y un treinta por ciento. Eso sí, insiste en que esta temporada del año «siempre es buena» para Toledo. «No hemos parado, sobre todo, a la hora de las comidas a mediodía. Por la noche el turismo que más ha venido es extranjero». A su juicio, Farcama debería quedarse en el Museo del Ejército, pero va más allá con una propuesta con la que muchos coinciden y que pasaría por celebrar más eventos en este espacio. Eso sí, asegura que sería  más conveniente que tuvieran lugar durante otros meses que son más malos para este sector como enero y febrero.

Para la propia actividad artesana y, al contrario de lo que pudiera pensarse, no ha supuesto una importante competencia, como explica José Luis Garrido, de Cuchillería Garrido, quien también hace hincapié en que durante estos días ha habido «más afluencia de público» en el Casco que a lo largo de las semanas anteriores. Confía en que el edificio del Alcázar se consolide como marco de Farcama puesto que la anterior ubicación, el recinto ferial de La Peraleda, «está muy lejos y pillaba mal sobre todo para la gente que venía de fuera». En cambio, asegura, «el Casco ya se ha peatonalizado y es accesible con parkings públicos  y privados donde la gente puede dejar el coche» e incide en que habría que apostar por el Palacio de Congresos y el Museo del Ejército «ahora que la entrada de vehículos está racionalizada».

«Nos puede hacer la competencia, pero reconocemos que para nosotros y para la hostelería y otros sectores ha sido beneficioso aunque las ventas sean más o menos las mismas que durante el mismo periodo del año anterior. No deja de ser una atracción para que la gente suba al Casco histórico, pero el gasto no es tanto como se piensa». Además, a juicio de este empresario la tarjeta ‘Farcama Card’, con la que se podían  visitar cinco museos además de acceder a la feria, ha sido «un acierto», ya que «la gente se ha movido más aunque no haya habido un buen número de compras». «En tiempos de crisis, solo ver más gente anima».

Rafael González, de Artesanía González, también habla de que ha sido una «feria positiva» en número de clientes e incide en que «siempre hay posibilidad de vender más», por ello considera que la muestra debería quedarse en el Museo del Ejército «antes de que se vaya a un sitio más alejado».   

Por su tienda han pasado durante estos días turistas extranjeros, pero también españoles que han aprovechado para disfrutar de Toledo durante sus últimos días de vacaciones. Pero siempre pueden ser más y para ello este empresario considera que Castilla-La Mancha «se tendría que publicitar mucho más fuera de la región».

 Mucha gente, pero poco movimiento de ventas. Es la situación que también describen desde Artesanía Alcázar, en donde coinciden en que este edificio podría albergar más eventos a partir de ahora para revitalizar el Casco, un barrio al que llegan cada vez más turistas que proceden desde otros puntos de España. Javier Casado también asegura que la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha ha influido en su negocio «para bien» si bien apunta que la afluencia «no se ha visto compensada con el número de ventas que podíamos haber tenido». «El Casco tiene que vivir y, sin duda, el impacto indirecto ha sido bueno».