El acto de apertura del año judicial incluyó también el habitual discurso del fiscal superior de Castilla-La Mancha, José Martínez, quien también adelantó las estadísticas de la Fiscalía y repasó las necesidades de la plantilla. Atendiendo a las diligencias previas registradas en 2013, la criminalidad en la región se redujo un dos por ciento, con una bajada de los delitos más graves.

José Martínez señaló que hay una tendencia a la disminución de la delincuencia «que se ha mantenido a lo largo de 2014», y apuntó que un tercio de las incoaciones de la Fiscalía Superior son de la provincia de Toledo. Bajan por ejemplo los homicidios y asesinatos (33 en 2013 por los 42 de 2012), mientras que suben un 15% los delitos contra la libertad sexual. En cuanto a los «aspectos a mejorar», el fiscal superior aludió a la suspensión de juicios (uno de cada tres en Penal y uno de cada cinco en las Audiencias), el retraso importante en muchos procedimientos desde que el fiscal califica los hechos hasta que se señala el juicio, y «el insuficiente grado de esclarecimiento» de delitos patrimoniales. Las carencias en instalaciones atañen a la Fiscalía de Albacete, que sobrevive «en espacios diversos, incómodos, envejecidos y exiguos», un problema compartido con las dependencias de Fiscalía en Guadalajara, Talavera, Ocaña y Manzanares.

En cuando a necesidad de más fiscales, ahora hay 82 (la misma cifra desde 2010) y para cumplir con la ratio de fiscal por número de habitantes que hay en el país debería haber 110, 28 más.