Body Combat. Libera la adrenalina que te sobra

Jorge Fraguas
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Boxeo, MMA, Capoeira, Muay Thai o Kickboxing son algunas de las disciplinas que se van alternando en Body Combat de forma coreografiada

Si algo aborrezco en esta vida es la violencia, pero la liberación que supone dar puñetazos y patadas, además del gasto energético, no tiene precio. Se puede ser la persona más relajada y tranquila del mundo, pero ¿quién no ha tenido un arrebato de rabia que le ha dado ganas de tirar al suelo lo primero que ha encontrado a su paso? Quien más y quien menos siente ira y rabia, son dos de las múltiples sensaciones que acompañan al ser humano y que en algún momento de nuestro día a día encontramos en nuestro interior, y ‘desfogarse’ a golpes ‘figurados’ puede ser una buena terapia para contener ese impulso y volver a lo habitual, es decir, a ser animales pacíficos.
Si además esa liberación de adrenalina supone una forma de socializar al son de música ‘cañera’ al tiempo que nos ponemos en forma, está claro que nada puede fallar. Es lo que se consigue con la práctica del Body Combat, una metodología de trabajo físico que a través de diferentes coreografías supone una interesante práctica cardiovascular a través de la mezcolanza de varios tipos de artes marciales, tales como Boxeo, MMA (Artes Marciales Mixtas), Capoeira, Muay Tahi, Kickboxing o Taekwondo, y de la que se puede disfrutar en los centros Supera, uno de los cuales, el Centro de Agua, se encuentra en Toledo.
El nivel de trabajo es fuerte desde el principio y cuando uno comienza esta práctica termina ‘roto’, pero a medida que se van aprendiendo las coreografías y se mejora en la técnica, lo que siente sobre todo son ganas de dar más. Además, al ir cambiando de guardia -se suele empezar con la pierna derecha adelantada y luego con la izquierda- e ir rotando el trabajo de los diferentes grupos musculares cada ciertos minutos, con el paso de los tracks, la sesión, que dura en torno a una hora, se hace más llevadera.
Desde el Centro de Agua, Daniel Martínez, coordinador técnico de las instalaciones, indica que «siempre desde nuestro sentido del entrenamiento, y la lógica que imponemos a nuestras actividades, la recomendación como norma general es realizar entre dos y tres sesiones a la semana de un total de cuatro o cinco». Recuerda que aunque en un principio es un trabajo cardiovascular, también lleva un alto grado de tonificación. Sin embargo, se estima que el Body Combat debe compaginarse con otros ejercicios que den un componente de tonificación adicional para conseguir ese cuerpo moldeado que todos deseamos.
Body Combat lleva un trabajo integrado en el que según la disciplina que se esté trabajando en el momento se tendrá mayor carga en el tren superior -pecho, espalda, bíceps, tríceps,  hombro y pared abdominal-, como con las coreografías de boxeo o kickboxing, o en el inferior, como las canciones de capoeria, donde los músculos que más rinden son los cuádriceps, los glúteos, los isquiotibiales y los gemelos. Por lo que «dentro nuestra sesión tendremos la mezcla perfecta para un entrenamiento completo en su conjunto».
Las coreografías vienen desarrolladas por Les Mills y se reciclan cada tres meses para que la disciplina, a nivel internacional, lleve una secuencialidad de contenidos.
Nueva Zelanda es el origen de esta disciplina. Así, el Body Combat nació en un gimnasio neozelandés en el año 2000, creado por un profesional de las artes marciales. Nathalie Leivas quiso dar una vuelta de tuerca más al trabajo de Fitness que se desarrollaba en los gimnasios y así se creó el Body Combat. Dentro de Supera se cuenta con técnicos oficialmente titulados para la impartición de la misma «y siempre y de la mejor manera posible informados y actualizados en el día a día para que su desarrollo sea de la manera más agradable para los practicantes de dicha disciplina», dice Martínez.
El gasto energético de cada sesión de una hora de duración oscila entre las 700 y las 800 calorías, por lo que es recomendable haber tomado un buen desayuno o una buena comida en función del horario en que se practique, porque aunque se esté pendiente de no perderse en los pasos que se realizan en cada ‘coreo’, evadiéndose de nuestro cuerpo, éste sí nota el trabajo que se está realizando, que es muy intenso. No obstante, aparte de que su práctica habitual, por ese gasto, pueda llevar aparejada pérdida de peso, desde el Centro de Agua recuerdan que su beneficio principal redunda en la mejora de la capacidad funcional del corazón y de los pulmones, disminuyendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
En este sentido, su práctica puede ser realizada por cualquier persona, independientemente de su nivel, siempre teniendo en cuenta las indicaciones de los técnicos de la sala Fitness y del instructor de la actividad, para no generar ningún tipo de problema en la realización de la misma. Cualquier persona con alguna contraindicación, siempre deberá  ponerse en contacto con los técnicos para que adecue sus necesidades a la actividad que mejor se corresponda, ya que en Supera «nuestros técnicos son todos profesionales del movimiento y de la actividad física, ampliamente formados y expertos». 
Por tanto, remarca el coordinador técnico, hay que atender a las recomendaciones que siempre se dan para que la actividad se pueda realizar con total normalidad, y subraya la importancia de la hidratación antes, durante y después de la clase, sin olvidar prestar la máxima atención a la correcta ejecución de los movimientos para un desarrollo eficiente y así evitar posibles lesiones.
Y remarcan desde Supera que «la realización de actividad física tiene que ser un trabajo constante para que nuestro organismo tenga las regulaciones necesarias y los efectos tan confortables que nos reporta la práctica de actividad física. Es muy común la práctica abusiva en breves períodos de tiempo que producen cambios bruscos en nuestro organismo y que se abandonan rápidamente provocando que nuestro cuerpo no tenga una adaptación al ejercicio, ni los efectos que en sí nos reportan». 
Aunque siempre hay ‘desertores’, normalmente quien prueba Body Combat suele repetir, porque una vez que se aprenden las coreografías más que el cansancio predomina el disfrute de sentir que se está trabajando duro. La ducha posterior, que espero que todo el mundo se dé porque se suda ‘de lo lindo’, termina de generar esa sensación de satisfacción que el ejercicio nos reporta y que hace que se convierta en una sana ‘adicción’.