La Junta, obligada a pagar 10,5 millones por un auditorio de «dudosa viabilidad»

F. J. R.
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El juzgado tasa en esa cantidad la indemnización a percebir por la adjudicataria en concepto de la estructura ya levantada en el Quixote CREA y la Junta se ahorra así gran parte de los 35 millones del proyecto

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Toledo ha condenado a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a pagar 10,5 millones de euros en concepto de indemnización a la empresa encargada de las obras de construcción del auditorio Quixote CREA (Centro Regional de Expresión Artística).

De esta forma, se resuelve el conflicto generado con la UTE (Unión Temporal de Empresas) ‘Cocheras Toledanas’ a raíz de que desde la Junta se optara por resolver la adjudicación del proyecto argumentando que no se estaban respetando los plazos de los trabajos y que se habían realizado cambios en el proyecto sin autorización para cobrar obra no certificada. Mientras que, a su vez, la adjudicataria de los trabajos aseguró en su día que resolvió el contrato por los continuos retrasos en los pagos de las certificaciones y, concretamente, en el impago de dos de ellas.

El juez, por su parte, aporta luz al asunto y confirma que en el primer semestre de 2011 -el cambio de Gobierno del PSOE al PP se materializó tras las elecciones del 22 de mayo- comenzaron los impagos por parte de la Junta. Señala que se registraron problemas de liquidez en la empresa pública Gicaman y se tuvo que realizar una selección de pagos de obras en toda Castilla-La Mancha que no incluyó al Quixote CREA.

Este incumplimiento de contrato de Gicaman justifica para el Juzgado la supresión de las obras por parte de la adjudicataria, concretamente en las dos certificaciones impagadas que alega ‘Cocheras Toledanas’.

De esta forma, resuelto el contrato, la Junta de Comunidades no tendrá ya que afrontar los 35 millones de euros en los que se licitó el actual proyecto del Quixote CREA, aunque tiene que decidir ahora qué hará con el edificio; si replantear las obras o dar cualquier otro uso a la estructura ya levantada. Precisamente, la indemnización a la que debe hacer frente la Junta corresponde a esa estructura de hormigón que hoy permanece en pie, y que el juzgado tasa en los 10,5 millones de euros de la condena. La empresa, por su parte, cifraba su petición de indemnización por daños y perjuicios en 18,9 millones.

En total, el juez divide el pago de la indemnización en 7,6 millones de euros en concepto del aparcamiento subterráneo, las dos certificaciones no cobradas en 1,1 millones de euros y 148.069 euros, respectivamente, más intereses. Lo que da una suma de 10,5 millones de euros.

Con todo, en relación a la sentencia, destaca el hecho de que quede recogido que no esté clara la viabilidad económica del proyecto.

El juez pone en duda la petición de lucro cesante de la concesionaria a raíz de las explicaciones de un perito, que considera que el Quixote CREA «podría funcionar, sí, pero también podría no hacerlo, dependiendo de múltiples visicitudes».

Y es que, en la documentación aportada por la empresa adjudicataria se plantean multitud de hipótesis y variables, «hasta el punto de calcular el número de cafés que se podrían vender», pero «no aporta datos económicos reales y contrastados, tales como futuros contratos de explotación, ofertas recibidas, acuerdos empresariales frustrados o presupuestos».

Además, por si cuestionar la viabilidad económica del inmenso auditorio no fuera poco, el juez llega a plantearse su magnitud. Considera que la ciudad, teniendo ya funcionando el Teatro de Rojas y el Palacio de Congresos El Greco, no tiene margen de demanda para otra instalación artística; y menos de la talla del Quixote CREA.  

Grandes cifras. El Quixote CREA, promovido por el anterior gobierno socialista en la Junta, contaba con un presupuesto de 35 millones de euros y buscaba ser un referente en las artes escénicas en la región, un centro cultural, auditorio, teatro y aula de formación en 5.800 metros cuadrados.

Las obras comenzaron a mediados de 2010 y su finalización estaba prevista en un plazo de 22 meses rebasado con creces.

En la zona llegaron a trabajar 280 operarios para dar forma a un proyecto que se dividía en dos bloques: el edificio puramente cultural -con un aforo máximo de 696 espectadores-, presupuestado en 21 millones, y un aparcamiento subterráneo con 458 plazas, presupuestado en los 14 millones restantes, que la empresa adjudicataria podría explotar durante cuarenta años en concesión.