El Ayuntamiento abordará la obra del colector del Aserradero en solitario

M.G./Toledo
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Sólo se ejecutará la construcción del colector en el tramo del término municipal de Toledo y reclamará más de 600.000 euros que adeudan Bargas y Olías por la tasa de saneamiento

En el tema de la obra del Aserradero tiene cabida el refrán que dice:  ‘Quien avisa no es traidor’. Y así ha sido. El equipo de Gobierno municipal llevaba ya tiempo esperando la confirmación de los ayuntamientos de Bargas y de Olías del Rey para acordar la financiación de la construcción del nuevo colector del Aserradero, proyecto que recae en AcuaEs, la antigua Aguas de las Cuencas del Sur. Pero la falta de respuesta de Olías ha obligado a Toledo a tomar la decisión de abordar la construcción del colector en solitario.

Si bien, se abren algunos interrogantes ante una nueva infraestructura de 3,8 kilómetros, un colector que discurrirá desde la carretera de acceso a Bargas hasta el margen del río Tajo, con un coste inicial de 3,3 millones de euros, que finalmente podría quedarse en dos millones de euros según el retoque del proyecto que realizaron los técnicos municipales, aunque la decisión final es de AcuaEs, que tiene en sus manos el proyecto. Aun así, la respuesta del Ayuntamiento de Toledo es clara, iniciará la obra y sólo ejecutará el tramo que discurre por el término municipal, una posibilidad que anunció recientemente el concejal de Gestión de los Servicios y Medio Ambiente, Gabriel González, en una entrevista a La Tribuna.

En principio, el equipo de Gobierno baraja este escenario, aunque no piensa conformarse con la situación y tiene pensado reclamar el dinero que adeudan Bargas y Olías por la tasa de saneamiento, es decir, lo que deben abonar por los vertidos al colector, dado que llevan bastante tiempo sin pagar y la deuda supera los 600.000 euros.

Con este dinero, Toledo podría poner en marcha el proyecto sin que se resintieran las arcas municipales, siempre que ambos ayuntamientos paguen pronto los atrasos. Yen caso contrario, el equipo de Gobierno también está dando vueltas a la posibilidad de acudir a los tribunales, pero primero prefiere agotar todas las vías posibles antes de que el asunto termine en los juzgados.

el plazo. La obra del colector lleva demasiado tiempo en los despachos, más de año y medio a pesar de la necesidad de la construcción de un nuevo para evitar que se colmate frecuentemente y se produzcan vertidos debido a sus pequeñas dimensiones y al emplazamiento de la tubería. En principio, los costes obligaban a pensar muy bien en la financiación y la solución más equitativa era repartirla entre los tres ayuntamientos, ya que la Diputación mantuvo desde un principio sus reticencias y dejó claro que sólo ayudaría a Bargas y Olías.

Las reuniones y las conversaciones entre las administraciones municipales avanzaron poco durante 2012, lo que obligó al Ayuntamiento de Toledo a lanzar un últimatum a Bargas y Olías a finales de ese año, dándoles un plazo de un mes para que aceptaran poner dinero en esta obra. Y poco después ambas administraciones respondieron que calcularían sus vertidos de manera individual para intentar abaratar la factura.

Continuaron las reuniones a tres bandas y a mediados del año pasado el Ayuntamiento de Toledo anunció que existía un principio de acuerdo con Bargas y Olías para pagar a partes iguales la obra, pese a que el alcalde de esta última localidad lo negaba. Y al final las conversaciones han servido para poco  porque una reciente reunión sólo acudió el alcalde de Bargas, así que la ausencia del de Olías ha sido el detonante de esta decisión.